El Quijote Santanero | Ni un día más sin ellas

Por: Jesús Abraham Fragoso

Llegó el día histórico; ese día donde las calles se paralizarían de forma importante al notar la ausencia de mujeres en sus respectivas rutinas y actividades laborales

Existen grandes contrastes en la sociedad respecto al tema de la Lucha de las Mujeres en contra del abuso y la injusticia para la causa femenina.

Por un lado tenemos a esa parte que sataniza la lucha, que genera discriminación, que criminaliza la marcha y minimiza las voces que desesperadamente piden que los Gobiernos en turno hagan algo por detener esa ola de violencia e injusticias en contra de las mujeres; en contraste tenemos a tumultos de mujeres que marchan molestas y desesperadas exigiendo justicia; pero que sin embargo sus voces son manchadas por aquellos contingentes de chicas que vandalizan todo por cuanto pasan.

Sin embargo esta polarización de ideas no nos tiene que quitar la mirada del verdadero problema y la razón por la cual este fenómeno social ha tomado fuerza de manera muy considerable: En nuestro México están matando a las mujeres, las están violentando y están desapareciendo.

Feminicidio se define según la Secretaría de Gobernación como “La muerte violenta de las mujeres por razones de género, es la forma más extrema de violencia contra la mujer y una de las manifestaciones más graves de la discriminación hacia ellas”.

Basta recapitular parte de lo ocurrido en las noticias el último mes a nivel nacional; un asesinato perpetrado por la propia pareja sentimental de la misma y la disputa por un sombrero (en la que tuvo que ver una mujer) que desencadenó el asesinato de una mujer y dos hombres.

Basta voltear a ver lo que sigue ocurriendo en Ciudad Juárez, basta observar lo que desencadenó un movimiento estudiantil en Puebla casi a la par del Movimiento del 68 y basta con voltear a ver las cifras de violencia en contra de la mujer en nuestro Estado.

Es de muy digno de reconocer el gran esfuerzo y perseverancia de miles de mujeres para levantar la voz y exigir justicia; sin embargo creo que tenemos que entender una idea importante: La lucha de las mujeres no tiene que ser exclusiva para ellas; todo lo contrario, hagámosla inclusiva, es una lucha para exigir justicia, no entre género. 

Estoy seguro que muchos hombres estamos dispuestos a apoyarlas desde nuestra trinchera y en torno a nuestras posibilidades; unámonos para que esta lucha se fortalezca y les voy a dar una simple razón: nadie sabe cuándo nos va a tocar a alguno de nosotros sufrir una pérdida a causa de este malestar social.

Hay una causa importante y que desde ahí podemos dar el primer paso de ayuda para nuestras mujeres: el seno familiar. Es la familia donde aprendemos modales, nuestras primeras palabras y donde desde niños nos formamos con ideas y valores. Desde la familia podemos revertir a mediano plazo esta situación lamentable que vive el País. Educando de manera correcta a nuestros hijos, podemos evitar criar a un futuro asesino o a un futuro violador.

Deseo de corazón que hagamos conciencia, dejemos de juzgar y que nos incluyamos a esta causa justa; la verdad yo no tengo idea del cómo protestaría si algo le llegara a pasar a mi mamá, a mi pareja o a mis primas; ya basta de polarización de ideas y de satanizar las causas nobles.

Hago también un llamado enérgico a nuestro Gobierno Federal, al que lamentablemente pareciera que no le interesa mucho la Agenda Política de la Mujer. ¡Ya basta!

Fue una falta de respeto enorme comparar o tratar de combinar el movimiento femenino con los detractores o conservadores del Gobierno como los llama el Presidente.

La Agenda Femenina tiene que estar en primer plano en todos los niveles de Gobierno.

La causa de las Mujeres tiene que ser una causa de todos. Una causa justa e inclusiva.

Este 9 de marzo no se va a olvidar porque es el inicio de algo muy grande.

Vamos a trabajar hasta el cansancio para apoyarlas, pero con la satisfacción de que en un futuro no muy lejano no volveremos a tener un día más sin ellas.

Los saludo pronto mis amigos.