El PRI y sus errores y horrores

Bernardino Vazquez Mazatzi

Escritor y Periodista

 

Los partidos políticos en México enfrentan una situación difícil que empeora todos los días con las determinaciones equivocadas de sus dueños. Al descrédito y la predisposición de la sociedad por todo lo que tenga que ver con la política, se suma primero, el asunto de la renuncia al financiamiento público y segundo, a la pésima imagen que ofrecen los dirigentes, al electorado.

En Tlaxcala, entidad llamada laboratorio político nacional, los partidos obedecen más a intereses personales y de grupo que proponer proyectos de desarrollo o personas con visión de líderes y verdaderos servidores del pueblo. En las elecciones recientes, más de un instituto partidista ha aceptado haberse equivocado en su propuesta y ahora, ante los nulos resultados en su administración y gestión, se dicen avergonzados y arrepentidos.

Pero eso no es lo malo; presuntamente todos podemos equivocarnos, todos somos susceptibles de tomar malas decisiones: lo peor es que no aprenden. Y en eso no hay disculpa.

A estas alturas del proceso de construcción de la democracia en México y Tlaxcala, los líderes de los principales partidos siguen haciendo como que se equivocan o de plano dan signos de ignorancia absoluta al mantener en la lista de posibles candidatos a gente que son una total garantía de derrota, dejando fuera de los planes a verdaderos líderes natos o gente con una nueva perspectiva y mejor voluntad para engrandecer a su partido y sacar adelante al estado.

Esto tiene como explicación por un lado, que las candidaturas tienen precio: se venden a quien las pague aunque aquel asegure el fracaso en las urnas y por el otro, que los sectores o corrientes o grupos premian cierta lealtad o sumisión, o pagan favores u obedecen instrucciones de quienes están el poder. Pero en cualquiera de estos escenarios la constante es que no se fijan en verdaderos líderes locales o regionales.

Caso específico, y por mencionar sólo un caso, es el que se dio recientemente en una reunión del PRI en donde los personajes centrales fueron viejos rostros de probado rechazo y supuesto pasado obscuro. Los mismos de siempre, los de todos los tiempos tirando rostro para dejarse ver y posicionar a sus hijos, hijas, yernos, ahijados y compadres. No estuvieron aquellos jóvenes que no sólo han demostrado lealtad, trabajo, resultados, liderazgos, sino también propuesta y posibilidades. Pueden más las inercias y los intereses.

Chiautempan es un caso. Pero esa situación se replica en todo el estado, en donde los nuevos “cuadros” son ignorados y sustituidos por los viejos peces gordos del priismo quienes desdeñan y humillan a la nueva sangre del PRI a la que tachan de ignorantes, inexpertos, carentes de fuerza e imaginación suficiente para ganar.

Así, luego de que los jóvenes conocieron de dicho encuentro al que no fueron convocados, del que no fueron informados siquiera por pura educación y cortesía buscando impedir malos entendidos, ese cambio generacional ha declarado que piensa seriamente en abandonar las siglas del tricolor pues se sienten relegados, utilizados, sustituidos por arribistas y vendidos a muy bajo precio a quienes no acaban de entender que sus tiempos ya fueron y que deben dar oportunidades a las presentes generaciones.

Esos mismos muchachos que se dicen decepcionados del partido en el que se formaron y en el que creyeron aseguran que no obstante las experiencias pasadas de errores en el reparto de las candidaturas, los líderes y dueños del partido no entienden, no han aprendido y que se dirigen a cometer los mismos yerros que han hecho del PRI una sucursal de los otros institutos políticos y que es probable que si participan, lo hagan desde otras trincheras y desde las cuales van a luchar contra el enemigo que conocen perfectamente pues antes fueron compañeros.

Ahora bien, los otros partidos de menor presencia saben que los decepcionados del PRI, algunos cuando menos, valen mucho. Saben que con ellos si tienen posibilidades de ganar. Y ya los están buscando, ya hay acercamientos, ya los cafés de los portales y los de las plazas comerciales saben de las primeras pláticas del avance de las negociaciones pues tanto muchachos como partidos saben que en el tricolor no va a haber oportunidad.

Los tiempos para la política y los políticos son muy difíciles con tendencia a empeorar. Y más porque ya no van a disponer de recursos a manos llenas para comprar el voto. Y luego con candidatos sin arraigo ni compromiso…

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