¿Educación o enseñanza?

Bernardino Vazquez Mazatzi

Escritor y Periodista

Si alguna enseñanza deja el acercamiento con los estudiantes del estado de Tlaxcala, y principalmente de los niveles de secundaria y preparatoria, es que no se tiene perfectamente claro qué es educación y qué es enseñanza.

En muchos casos, los jóvenes llegan a la escuela carentes de educación y con una falsa idea de lo que es del proceso de enseñanza aprendizaje, de ahí que los conceptos se los tergiverse la realidad dentro del plantel y al momento de enfrentarse a sus compañeros ante quienes asume una actitud defensiva.

En la escuela el muchacho encuentra otra forma de libertad, una oportunidad de experimentar y una ansiedad por demostrarse y demostrar a los demás hasta dónde puede llegar actuando para sí o para los otros de forma atrevida o agresiva con el único objetivo de superar sus límites.

Cuando un joven en la casa y de sus padres, no ha tenido la orientación suficiente, la educación adecuada, la formación correcta y por el contrario ha tenido como experiencias la violencia, la agresión, el lenguaje obsceno y la desobediencia o el rechazo, entonces en la escuela encuentra el espacio ideal para utilizar de forma equivocada la libertad pues esta no puede ni debe existir si no se entiende también como responsabilidad.

En los centros de educación en el estado encontramos cada vez más frecuentemente casos de violencia dentro de la escuela, entre compañeros de estudio, con la pareja sentimental que ya aparece en escena, actos de depredación contra la infraestructura y, en el peor de los casos, intimidaciones, amenazas y agresiones hacia los maestros.

También en algunos centros educativos del estado se registran situaciones de consumo de bebidas alcohólicas incluso dentro de la escuela y ni se diga fuera de ella al término de las horas clase; también se tiene conocimiento de que es en esta edad y circunstancias en las que el muchacho se inicia en el consumo de cigarros, acción que muchas veces precede al uso de otro tipo de drogas y, en el peor de los casos, se sabe de muy contadas situaciones en las que se ha descubierto a los alumnos inhalando solventes.

Tales situaciones son verdaderamente alarmantes porque demuestran la falta de control que los padres tienen de los jovencitos y que el grado de permisibilidad que se concede a los hijos se está convirtiendo en un problema grave de educación y valores en general que repercute hacia la sociedad que igualmente no está preparada para afrontar la situación.

Por el lado de los padres de familia, la idea equivocada de que los hijos van a la escuela a recibir educación y cuando ellos mismos evaden su obligación y responsabilidad de inculcarles valores crea sujetos carentes de obligaciones y responsabilidades, trayendo consigo que los maestros no acepten esa carga que no les corresponde pues ellos sólo imparten el conocimiento y enseñan lo que un programa de estudios establece.

Los maestros no tienen obligación de educar a los hijos ajenos, sino hacerles llegar a sus alumnos el conocimiento, los datos, la información, las técnicas de aprendizaje. Así, cuando un muchacho se revela y utiliza alguna forma de violencia o intimidación en contra de sus compañeros y profesores, a veces protegido y hasta alentado por sus padres, el mentor deja de involucrarse más allá de la enseñanza y junto con la familia del chico problema abandona esa parte de la formación integral del adolescente.

Esa misma experiencia de la que hablo me dice que la educación está alejándose cada vez más de la escuela y que los valores cada vez están más ausentes de los padres de familia, verdaderos y únicos responsables de la educación de los hijos. En ese sentido, creo, los padres de familia están reprobados…

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