Carlos Alejandro López Fuentes
En el estado de Tlaxcala, la educación superior debería ser un faro de oportunidades, un camino hacia un futuro mejor. Sin embargo, en los últimos años, esta imagen ideal se ha empañado por un problema creciente: la deserción universitaria. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la tasa de abandono en el nivel superior ha ido en constante aumento, pasando del 11.3% en 2018 al alarmante 13.5% en 2023. Estos números, lejos de ser simples estadísticas, representan los sueños truncados de jóvenes que buscan una educación y un futuro mejores.
Las causas detrás de esta preocupante tendencia son variadas y complejas, pero se entrelazan en una red de desafíos que deben ser enfrentados con urgencia. Uno de los principales factores es el económico. La falta de recursos para costear una educación superior de calidad obliga a muchos estudiantes a buscar empleos para mantenerse a sí mismos y a sus familias. El tiempo y la energía que dedican al trabajo les dejan poco margen para sus estudios, lo que, con el tiempo, puede llevar al abandono de la universidad.
Otro desafío significativo es el académico. Las demandas de la educación superior pueden ser abrumadoras, especialmente para aquellos que provienen de entornos socioeconómicos desfavorecidos. La presión de mantener un buen rendimiento académico, a menudo combinada con la necesidad de trabajar, puede resultar en un estrés abrumador para los estudiantes, lo que, a su vez, puede llevar a la deserción
Los factores personales también desempeñan un papel importante. Problemas familiares, de salud o de adaptación social pueden afectar profundamente la capacidad de un estudiante para continuar sus estudios. Los desafíos personales pueden convertirse en barreras infranqueables sin el apoyo adecuado.
Este aumento en la deserción universitaria tiene graves implicaciones para Tlaxcala. En primer lugar, afecta negativamente el desarrollo económico y social de la región. Los individuos con educación superior tienen más probabilidades de encontrar empleos bien remunerados y de contribuir al crecimiento de su comunidad. Cuando un porcentaje significativo de estudiantes abandona la universidad, se socavan estas oportunidades económicas y el estado se enfrenta a un futuro menos próspero.
Para abordar este desafío apremiante, es imperativo que el gobierno de Tlaxcala y las instituciones educativas trabajen en estrecha colaboración. Se requieren programas de apoyo integrales que aborden los factores económicos, académicos y personales que contribuyen a la deserción.
En cuanto a los aspectos económicos, se deben establecer programas de becas y ayuda financiera para aliviar la carga financiera de los estudiantes. Esto les permitirá concentrarse más en sus estudios y menos en la lucha diaria para llegar a fin de mes.
En el frente académico, las instituciones deben considerar la implementación de programas de tutoría y asesoramiento académico. Estos recursos pueden ayudar a los estudiantes a enfrentar mejor las demandas académicas y proporcionarles el apoyo necesario para tener éxito en sus cursos.
Finalmente, la deserción universitaria en Tlaxcala es un problema en aumento que requiere atención inmediata. Las estadísticas revelan una tendencia preocupante que no solo afecta a los individuos, sino también al futuro de la región.
