CUARENTA Y NUEVE MIL TONELADAS

Para aquellos que nos dedicamos a la rama de la construcción, escuchar esta cantidad de acero es algo que uno como constructor no se puede imaginar.

Si lo traducimos, si hablamos de cuántos remolques utilizaríamos para transportarlos, hablamos aproximadamente de 36 mil trailers tan sólo para remolcarlo, imaginen el costo del traslado de éste material y, sin embargo y más importante, el costo de conformación para poderlo estructurar en lo que hubiese sido una de las más grandes obras de ingeniería en nuestro país, el cual sería el aeropuerto de Texcoco, pero bueno, eso ya es historia.

En este momento de lo que se está hablando es de la venta de ese acero en un promedio de 4 pesos el kilo, centavos más centavos menos en aproximadamente 196 millones de pesos que en la realidad es una recuperación pírrica de ésta gran inversión, ya que en promedio en el mercado el acero ronda en 20 pesos el kilo (acero nuevo), pero resulta que ésta licitación ha sido muy controvertida a tal grado que hubo una disputa por una licitación que algunos remarcan que está plagada de irregularidades, además de una gran corrupción, ya que el ganador de dicha licitación fue alguien que ni siquiera cumplió con todos los requisitos que esta licitación marcaba además de tener conflictos de interés, ya que quien adquirió este acero es uno de los constructores del nuevo aeropuerto, Felipe Angeles, querrá vendérselo al nuevo régimen; es decir, ocuparlo para éste nuevo aeropuerto, ¿cuánta utilidad le sacará al ocuparlo en este nuevo aeropuerto?

Si esto no es corrupción, entonces que es.
En los medios de comunicación se ventiló la inconformidad manifiesta de los otros postulantes, sólo basta ver los videos de las acusaciones que hacen a los encargados de la venta de este acero, llamándolos corruptos.

Vaya pues una reflexión:

No se puede tapar el sol con un dedo, pero si una licitación amañada, viva el aeropuerto de Texcoco.

Ingeniero Antonio Lima Flores