“Cuando cambia tu mente, puedes mejorar tu vida”: pacientes de la Clínica de las Emociones
Zahr Zuleiman
Para Samantha, Pamela y Jonathan, algo tan cotidiano como levantarse, arreglar la cama y salir a cumplir con las tareas diarias representaba un esfuerzo sobrehumano. A pesar de tener la fuerza física para hacerlo, sus mentes y estados emocionales afectaban significativamente su forma de pensar, sentir y actuar.
Estos problemas no solo impactaban en su núcleo familiar, sino también en su entorno social, laboral y académico. “Sentía que solo caminaba en círculos sin llegar a ningún lado”, explica Pamela, quien logró mejorar su situación al recibir el apoyo necesario en la Clínica de las Emociones del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (Sedif).
“¿Alguna vez te has sentido sin ganas de enfrentar la vida?”, pregunta Jonathan. “Yo sí, todo el tiempo. Todos pensaban que era flojera, que era holgazán y que no quería hacer nada. Nadie me prestaba atención. Quería hablar, pero no era escuchado. En ningún lugar encontraba paz. Intenté quitarme la vida dos veces y solo entonces mi familia se dio cuenta de que algo no estaba bien conmigo. Por eso llegué aquí a la Clínica de las Emociones, donde me han brindado el apoyo emocional que necesitaba”.
Jonathan es un claro ejemplo de que sin salud mental no hay bienestar. Este es un punto clave para alcanzar una vida plena y aprovechar al máximo el potencial de todas las personas. Por lo anterior, el Gobierno del Estado, a través del Sedif Tlaxcala, impulsó la creación de la Clínica de las Emociones, un espacio donde todas las personas que lo necesitan pueden acudir para recibir apoyo emocional de manera gratuita.
Samantha, a sus 25 años de edad, experimentaba dependencia al alcohol y había comenzado a consumir drogas. Esta situación le trajo problemas económicos y familiares, haciéndola sentir como una carga pesada para su familia, incapaz de salir de esa situación.
Ahora, como paciente de la Clínica de las Emociones, reconoce que el trabajo del equipo de especialistas ha sido clave en su vida, permitiéndole salir adelante. “Sentía que no podía escapar de ahí, pero gracias a que el DIF me habló de esta maravillosa clínica, logré superarlo. Siento que he salido de ese hoyo en el que estaba y he mejorado mi relación con mis padres, una relación que creí que estaba completamente rota”, comenta.
En sus metas futuras está retomar sus estudios y convertirse en una profesional exitosa. Su objetivo es formar una familia en el futuro y ser un motivo de orgullo para sus padres.
Otra de las pacientes, Pamela, lucha día a día contra el miedo, la ansiedad y la inquietud. Ha logrado avances significativos con el trabajo psicológico. Practica técnicas de relajación y control del estrés para integrarse efectivamente a sus tareas cotidianas, y la Clínica de las Emociones la ha ayudado a mejorar.
“Mi vida antes de acudir a la Clínica de las Emociones era muy dura porque no sabía qué me pasaba. Tenía mucho miedo, inquietud y temor constante. No podía salir con mi familia porque siempre había miedo. En la escuela, al hablar en público, mi voz temblaba mucho y eso me incomodaba porque no sabía cómo manejarlo ni qué pasaría al día siguiente. Sentía mucho temor”, comparte Pamela.