CEDH apela a solidaridad de municipios para el tránsito seguro de migrantes

En aquellas demarcaciones por donde cruza el ferrocarril; el flujo migrante no va a parar: Dávila

Martha Aguila

Ante la crisis humanitaria que viven los migrantes centroamericanos y las dificultades que enfrentan al llegar a territorio tlaxcalteca, el presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), Víctor Manuel Cid del Prado Pineda, convocó a los municipios, principalmente en aquellos donde cruzan las vías férreas, a apoyar en el tránsito seguro de esas personas.

Aunque por el contexto social de estas fechas todo se trata del tema electoral, el Ombudsman apeló a la solidaridad de los Ayuntamientos con el albergue de la Sagrada Familia que administra la Casa del Migrante de Apizaco, con medicinas, ropa, zapatos, alimentos y otros insumos como láminas y pintura para su mantenimiento, debido a que el flujo migratorio continua y muchas veces las personas, en su mayoría de origen hondureño, son presas de vejaciones durante su viaje.

Al respecto, el padre Elías Dávila Espinoza, titular de la Pastoral Migrante de la Diócesis de Tlaxcala, señaló que a pesar de las políticas migratorias implementadas por el Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, el flujo migratorio no disminuye, incluso, se percibe un incremento diario de aquellos que buscan llegar a los Estados Unidos, de ahí requieren de apoyo para poder
asistir a quienes necesitan hospitalización, curación, alimento y donde pasar la noche.

Estamos en una crisis humanitaria con la situación migratoria, con las amenazas de Trump de que quiere a poner muros y de quiere poner militares, uno puede pensar que la migración va a parar, pero no, están pasando mucho migrantes, apenas pasaron los que vienen en caravana, ellos ya pasaron y sigue pasando más migrantes, sentimos que hay una crisis fuerte en el tema de migración.

Este viernes, personal de la CEDH realizó una visita a la Casa del Migrante ubicada a un costado de las vías del tren, en la colonia Ferrocarrilera de la ciudad de Apizaco, donde entregó
ropa y despensas, así como prendas de vestir y otros objetos en apoyo de los migrantes, muchos de ellos en proceso de recuperación, ya sean por caer de la “bestia”, o bien, porque durante su trayecto sufrieron un accidente o presentan cuadros de deshidratación extrema.