¡¡¡ASESINOS!!!

Bernardino Vazquez Mazatzi

Escritor y Periodista 

 

Acatlán de Osorio, Puebla, pasará a la historia como un pueblo de asesinos. No importa que no todos los habitantes de ese municipio hayan participado en el linchamiento de dos inocentes, cuyo error fue haber estado en el lugar y en el momento equivocado, la mancha cae como sombra ominosa sobre todo aquel que viva ahí y a partir de esa aberración serán señalados como ASESINOS… delincuentes en masa, seres incapaces de reflexionar, de pensar, de perdonar, de investigar, de respetar la vida de los demás, culpables o no. 

Su conciencia individual y colectiva, su imagen y sus nombres, sus santos, creencias y religiones y sus hijos y futuras generaciones, quedarán marcadas con la tinta imborrable de la culpa por haber arrebatado la vida de la peor manera a dos seres indefensos. Su rabia y frustración, su ignorancia y estupidez, su cobardía y su miedo les dieron lo suficiente para demostrar que en turba, en montón, bajo la sombra del anonimato, se puede disponer de la existencia de quien les parezca sospechoso bajo el criterio del imbécil que ve lo que su mente trastornada le dicta. 

Acatlán pasara la historia como un pueblo de asesinos. Se les llamará así aunque las víctimas de la furia irracional hayan cometido delito grave o menor. Se les llamará así porque nadie le ha dado a nadie la facultad de juzgar y sentenciar y ejecutar a su prójimo. Se les llamará así a todos, a los que participaron en el crimen comunal y a los que no, a los que golpearon y a los que observaron… a los que nacieron ahí o viven ahí. 

ASESINOS son aquellos que arrojaron la piedra sin estar libres de culpa, sí, pero lo son también aquellos que desde un celular y por las redes sociales esparcieron el rumor, alentaron la furia estúpida, los que propagaron las versiones de secuestradores de niños, los que incitaron a la gente ciega a hacerse “justicia” por mano propia, los que ante un altar rezan sin orar jurando amor a su semejante y afuera determinan quién vive y quién no, alzándose como jueces implacables y sanguinarios. 

ASESINOS son aquellos que aun ahora, en este momento, desde cualquier cuenta de Internet, propagan el rumor de que están secuestrando niños, que publican imágenes distorsionando los hechos en las que se muestran pequeños abiertos en canal, los que difunden la especie que informa de la supuesta captura de bandas que tenían en la cajuela de su auto órganos humanos como si fueran refacciones automotrices. Ignorancia total, estupidez plena, asesinatos en potencia. 

Llena de pavor el llamado de presidentes de comunidad, hermandades religiosas y presuntos profesionistas llamando a la gente a reaccionar violentamente en caso de descubrir a los roba niños ¿cómo diablos la gente los va a identificar? ¿Acaso ya no hay libertad de estar o visitar un pueblo de cualquier estado sin caer en sospecha y ser candidatos a la muerte por lapidación? ¿Dónde están las leyes, dónde las autoridades, dónde la condición humana… 

Los rumores provocan psicosis y ambas nos hacen vulnerables y sospechosos a TODOS. Esparcir chismes e información sin confirmar nos puede convertir en las próxima víctimas de una turba enloquecida sedienta de sangre que no va a creer en nuestra inocencia ni va a darnos oportunidad de defendernos, de seguir viviendo; y pensar que nosotros mismos o nuestros hijos y vecinos pudieron ser nuestros propios verdugos… 

ASESINOS lo son también los jueces, magistrados y ministerios públicos que convierten a los culpables en inocentes y a los honrados en delincuentes. Lo son quienes como autoridades nos han fallado y se corrompen dejando en libertad a los mafiosos por unas cuantas monedas. Son culpables por haber caído en el descrédito y la desconfianza de la sociedad que prefiere hacerse justicia por mano propia y hasta matar cobardemente a su hermano antes que llegar a sus oficinas llenas de prepotencia, arrogancia, corrupción e incompetencia. 

La muerte de esos dos seres inocentes en Acatlán y los asesinatos cobardes y tumultuarios de otras tantas personas en cualquier parte del país debiera obligarnos a hacer un alto como sociedad y preguntarnos qué demonios está pasando con notros en lo individual y en lo colectivo, qué carajos se nos ha podrido en las entrañas para actuar así… en qué parte hemos dejado tirados los valores humanos, dónde ha quedado el respeto a la vida y la capacidad de pensar antes de actuar. Lo de Acatlán nos devuelve a las cavernas, al árbol de donde desciende la especie. 

Los linchamientos van en ascenso. Ya no hay respeto por la vida. Ya no hay confianza ni esperanza por las autoridades encargadas de brindar seguridad y justicia a la gente… nos estamos volviendo irracionales, vengativos, sanguinarios… brutales. La violencia se esparce, se promueve, se ejerce entre cuatro paredes y en la vía pública, se asesta en grupo a desconocidos que nos parecen sospechosos sólo por estar en donde no deberían. 

ASESINOS son aquellos que pudiendo hacer algo no lo hacen para impedir aberraciones como las ocurridas en… cualquier parte, siempre.

Relacionados

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top button
WP Twitter Auto Publish Powered By : XYZScripts.com