Hugo Valadez Hernández.
Altzayanca en lengua náhuatl se traduce como “lugar donde rompen las aguas” es un municipio al oriente del estado, colinda con el estado de Puebla y con los municipios de Cuapiaxtla, Huamantla y Terrenate. Su origen prehispánico, según los historiadores, lo remontan a los años 600 a.c.
El 24 de noviembre de 1880, siendo gobernador del estado Miguel Lira y Ortega, quedan divididos los municipios de Cuapiaxtla y Atltzayanca. En la época de la revolución mexicana, este municipio, fue un lugar importante, dio vida a un revolucionario de primera línea que defendió con su vida el lema “tierra y libertad” su nombre: Porfirio Bonilla. Es un municipio históricamente productor de pulque, donde tuvo impacto la reforma agraria de los años treinta, expropiando a las haciendas de la región.
Hoy en día la conforman 18,111 habitantes, según el INEGI en su censo del 2020. Es un municipio amplio en extensión territorial, ocupa el cuarto lugar a nivel estatal, con 186,42 km2. En 2010 según el CONEVAL, Atltzayanca fue considerado dentro de los catorce municipios del estado con mayor porcentaje de población en situación de pobreza.
Ante tal situación socioeconómica se enfrentan cientos de familias, sumado a ello las políticas de la 4T que desapareció programas con los que la gente se ayudaba. Con el fin de acabar con la corrupción, quisieron calentar la casa y la quemaron, la situación empeoró. Por si fuera poco, como cereza del pastel, hace más de un año llegó la pandemia a este municipio. La contingencia sanitaria fue otro golpe bajo al bienestar de los atltzayanquenses. Las empresas locales bajaron sus ventas, por lo que despidieron personal, muchos pequeños y medianos negocios tuvieron que cerrar, los vendedores ambulantes se vieron afectados con el cierre de escuelas, ferias y fiestas. Todas estas situaciones arrojaron, según cifras oficiales a nivel nacional, más de 10 millones de nuevos pobres.
Es de sabios reconocer que, ante tal panorama tan adverso para el pueblo, sobre todo en Atltzayanca, se aplicó una política de gasto público orientado a los más desprotegidos. La gestión, la habilidad y la sensibilidad para atender tal situación se debe en gran medida al liderazgo de su presidente municipal Noé Parada Matamoros, originario de la Ranchería de Xaltitla, egresado de la Universidad Autónoma de Chapingo, quien además se desempeñó como funcionario en la Secretaria de Fomento Agropecuario (SEFOA) antes de ser alcalde de su municipio.
Sin adular o discriminar a nadie, viendo las cosas con serenidad y objetividad se puede decir que cuando en otros municipios las autoridades cerraron sus puertas y dejaron al pueblo a su suerte, Noé Parada implementó programas populares, gestionó obras, apoyó al campo y dio apoyos directos. Veamos.
El sol de Tlaxcala en su edición del 28 de enero del 2021, publicó una nota tipo entrevista que Tomas Baños le hizo al presidente municipal, en la cual expreso lo siguiente: “Jefas del hogar de veintiuna comunidades de Altzayanca están por concluir el Programa Municipal de Empleo a través de la faena comunitaria para cinco mil familias, por lo que, de marzo a diciembre fueron asignados cerca de 10 millones de pesos para atender la pandemia del nuevo coronavirus”. Más adelante el mismo reportero dice: “Enumeró diversos apoyos al campo como la entrega de 300 toneladas de semilla de avena, 500 aspersores de motor, mil 500 paquetes de aves, todo esto, para activar la economía familiar. Enfatizó que han entregado tres mil 800 calentadores solares, es decir, un 85 % de la población. El priista manifestó que uno de los mayores logros durante su administración, fue la instalación de la empresa Arcomex que da empleo a 300 familias originarias de ese municipio”. En materia de seguridad, Parada Matamoros manifestó “Cambié tres veces a todos los policías y cuatro veces al director de seguridad pública, abrimos casetas de vigilancia hacia Libres, Puebla y Cuapiaxtla e instalamos 17 cámaras de videovigilancia, los policías están capacitados y con mejor sueldo que antes”.
Lo anterior solo por mencionar algunas acciones. Sin duda, un gran trabajo que el pueblo de Atltzayanca merece, pero las necesidades no se acaban, pues el neoliberalismo sigue vigente, y como modelo económico explota sin tapujos a los trabajadores y exige que el estado no intervenga para disminuir su penuria. Es necesario seguir con la línea de progreso y desarrollo, el trabajo en conjunto, inseparable del pueblo con sus genuinos representantes tendrá éxito y no un gobierno municipal y estatal obsecuente y sumiso a un profeta anacrónico y dictador que le de paso libre y único a los programas federales, que todo mundo sabe que son un fracaso a corto, mediano y largo plazo. Vale.