Alcaldes como “virreysitos”

 

Con la llegada del PAN al Poder Ejecutivo federal en el año 2000, la correlación de las fuerzas políticas comenzó a cambiar. La paulatina descentralización del poder y el fortalecimiento del federalismo dio más libertad a los gobernadores sucesivos de operar a sus anchas y controlar a los otros poderes en sus estados, llegando hasta los abusos de escándalo que hoy se ven con Veracruz, Sonora, Chihuahua, Quintana Roo y Oaxaca como puntas de lanza, pero hasta en las entidades más pequeñas económicamente hablando también hay tela de donde cortar, incluida Tlaxcala.

De esto han hablado politólogos reconocidos como Denise Dresser, catedrática del ITAM, quien considera que de esos años para acá los gobernadores lo mismo del PRI, PAN o del PRD han actuado prácticamente como virreyes en sus feudos porque ya no tienen una vigilancia presidencial.

A su vez, ese mismo federalismo se ha replicado en los municipios, donde en pos de su autonomía, también han venido actuando con toda libertad y libertinaje hasta caer en la impunidad, habida cuenta de que muchos han dispuesto de las arcas públicas para hacer de las suyas, no solo para hacer su vida más cómoda, sino para comprar voluntades.

En Tlaxcala hay decenas de ejemplos, hay sus excepciones con ciertos niveles, pero también ha habido desfalcos de infarto hace un par de trienios en Apizaco y Huamantla, mientras que en la actualidad esos patrones se replican en Chiautempan y Contla con varias decenas de millones de pesos sin comprobarse.

Los especímenes al frente de esos y otros gobiernos municipales, han logrado a base de cañonazos de dinero comprar impunidad desde el Congreso del Estado, donde es un secreto a voces que no enfrentar acciones penales por afectaciones al patrimonio de las localidades se arregla con unos buenos peso$$ o un buen arreglo político.

Mientras tanto, a los ciudadanos nadie les repone el dinero público desaparecido o mal invertido o literalmente robado ni les repone obras mal hechas ni les recuperar un poco de mejor calidad de vida. A su vez, los alcaldes convertidos en exalcaldes desaparecen un momento y de pronto aparecen la escena pública como si nada hubiera pasas y vuelven a querer encabezar “causas del pueblo”.

Eso y otras actitudes de abuso de poder los han convertido en virreyes en sus municipios o como se titula esta pluma, “virreysitos”, que podría agravarse ahora que tendrán la oportunidad de gobernar por 4 años y 8 meses.  Ciudadanos, alerta…

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