Al resultado de aquellos, corresponde una reacción del pueblo

Isaías Chanona Hernández

Garantizar una vida sana y promover el bienestar de todos a todas las edades, es importante para la construcción de sociedades prósperas, esto dicta el organismo Naciones Unidas, organización que toma y proponen medidas ante los problemas a los que se enfrenta la humanidad en el siglo XXI, entre los que se encuentran el mantener la paz y la seguridad internacionales, proteger los derechos humanos, entregar ayuda humanitaria, promover el desarrollo sostenible, defender el derecho internacional, entre otros.

En la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible, una propuesta para que los países emprendieran un camino por medio del cual mejoraran la vida de todas las sociedades de manera equitativa, es decir, sin dejar a nadie atrás, plantea 17 objetivos de desarrollo sostenible que van desde el combate al cambio climático, la defensa del medio ambiente, el combate a la pobreza, la igualdad de la mujer, la educación, la salud, etc. El primero de ellos es Poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo; el segundo, poner fin al hambre; y el tercero, garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades.

Con respecto a la eliminación y erradicación de la pobreza, México, a pesar de la política social de apoyos directos del gobierno, o en general, de programas sociales, la pobreza se ha venido incrementando a niveles históricos desde el siglo pasado. Si bien la pandemia y el posterior efecto económico por el conflicto de Ucrania, fueron potencializadores de la situación nacional, un gobierno capaz, coherente y creador, sería capaz de accionar par a lograr sus objetivos e impedir que la sociedad se vea dañada. Según el informe anual sobre la situación de pobreza y rezago social de los estados y demarcaciones territoriales para el ejercicio fiscal 2023, en 19 de 32 entidades, la pobreza se incrementó llegando a niveles por encima del promedio nacional en comparación con el 2018, pasando a nivel nacional a 55 millones, 700 mil mexicanos en pobreza y, por otro lado, en el primer trimestre de 2023 el porcentaje de población que no pudo adquirir la canasta alimentaria haciendo uso de todo su ingreso laboral en el hogar (pobreza laboral), a nivel nacional fue de 37.7%, mientras que el número de personas en pobreza extrema es de 10 millones 800 mil mexicanos.

Por lo tanto, no se cumple el primer punto, al contrario, en 5 años la pobreza aumentó y la cantidad de pobres también. Pero en el segúndo aspecto, tampoco cambia mucho la cosa. Según el Consejo Nacional de Evaluación de la política de Desarrollo Social, el 23.5% de la población vive en pobreza alimentaria, lo que equivale a 31 millones 628 mil 590 mexicanos. A pesar de haber aumentando 34 pesos el salario mínimo, de nada sirvió debido a que no hay control efectivo de la inflación. En este sentido, las becas y apoyos sociales deberían estar bien direccionados, pero ya he expuesto en artículos anteriores que sectores de la población de han visto apoyados por estos programas mal diseñados.

Y finalmente está la situación de la salud, tercer aspecto que desarrolla la agenda 2030 sobre el desarrollo sostenible. Y en este sentido nuestro gobierno actual nos debe muchísimas vidas y pronósticos de vidas. El Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP) advirtió en noviembre del año pasado que el presupuesto asignado al sector salud para 2023 es el más bajo desde 2018, y recientemente, El Economista informó que el gasto público en el sector de la salud, ha experimentado una caída histórica en los primeros 5 meses de este año.

Con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), expone el medio que la disminución en el gasto de produce en medio de una debilidad en los ingresos públicos y subejercicios reportados en la Secretaría de Salud. A pesar de ser una de las necesidades más apremiantes a nivel nacional y mundial, el gasto público en salud representa solo el 11% del presupuesto total. Además. La Secretaría de Hacienda, indicó que este año es el tercer año consecutivo en el que se reduce el gasto publico en salud, alcanzando su nivel más bajo desde 2010. El sistema de salud mexicano presenta problemas de acceso a servicios de calidad, desigualdades en la distribución de recursos y una carga de enfermedades crónicas en constante aumento, sin especialistas capacitados para poder atenderlas, sumando a esto que las decisiones en el sector son de largo plazo.

Esta ausencia de recursos ha venido ocasionando una sin número de lamentaciones. En el 2019 se aprobó la desaparición del Seguro Popular y hubo reformas a la Ley General de Salud, se crea el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI); de 2020 a 2021, se implementaron nuevos esquemas de adquisición de insumos médicos y, finalmente, en 2022, ante las evidentes deficiencias del INSABI, se puso en marcha la transición de los servicios de salud a un nuevo modelo: el IMSS-Bienestar. El precario acceso y calidad de los servicios de salud: en 2020, el 28% de la población carecía de servicios públicos de salud según cifras del CONEVAL. Eran 18 millones de mexicanos (15%) en 2016 quienes no tenían acceso a los servicios de salud, pero al día de hoy, se ha duplicado el número de mexicanos excluidos; y en la calidad, que se puede medir por el tiempo de espera y la percepción de calidad de los servicios recibidos, de acuerdo con el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), la cobertura efectiva por tiempo de espera es sólo de 17.3% y por percepción de calidad es de 18.9%.

En el desabasto de medicamentos, de 2020 a 2022, hubo 4 cambios en las instituciones encargadas de realizar los procesos de licitación y compra de insumos médicos, con ello se desmanteló el sistema de compras y distribución especializado que el IMSS había encabezado en los últimos años. Las modificaciones generaron un desabasto que persiste actualmente, lo que derivó en la desatención de enfermedades como VIH, diabetes y cáncer, entre otras. El IMSS es la institución que tiene mayores problemas de desabasto con un promedio trianual de 14.3 millones de recetas no surtidas de forma efectiva por año; seguido del ISSSTE con 760 mil de recetas (CIEP).
Si los ingresos de las familias mexicanas se ven afectadas por la situación económica, tanto nacional como internacional, y sus necesidades se acrecientan debido a las políticas mal encaminadas del estado, los mexicanos deben desembolsar para cubrir el aspecto de la salud que es de vital importancia, lo que ocasiona que deja de cubrir lo que no te impide continuar sobreviviendo, es decir, en la educación, la cultura, el deporte, etc. Pero esto, amables lectores, es precisamente lo que impide que un país se desarrolle. Mientras los mexicanos sigamos nos conformemos, nos desinformemos, nos creamos los cantos de sirena en estas contiendas por poder, y mientras no se tomen en cuenta estos tres de los muchos aspectos que deberían considerar los gobiernos para el desarrollo y buen funcionamiento del país, México y los mexicanos, no saldremos del rezago social y económico en el que nos encontramos.

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