LINCHAMIENTOS…PREVENCIÓN Y ACCIONES EN PROTOCOLO

Elisa Márquez

Los linchamientos forman parte de un fenómeno social que no es reciente, basta recordar uno de los más sonados que despertó el interés ciudadano y también temor, el 14 de septiembre de 1968, por medio de los periódicos de esa época, la gente se enteró de que, en la comunidad de San Miguel Canoa, perteneciente al estado de Puebla, los habitantes de ese lugar habían linchado a unos estudiantes universitarios.

Con el repicar de las campanas y a través de un aparato de sonido, se convocó a las personas para que acudieran armadas a capturar a unos supuestos “bandidos” quienes no eran más que jóvenes los cuales se resguardaron de la torrencial lluvia ya que deseaban subir la montaña La Malinche, pero no tuvieron tiempo, el clima no estuvo a su favor.

Con el pasar de los años, el hacer “justicia por su propia mano” para algunas zonas conlleva actualmente que en la mente de los habitantes den por hecho que a quienes retienen son desde ladrones de casa habitación y de autos, gente que roba a niños o bien abusadores sexuales.

A la menor señal de que se realiza algún tipo de delito anteriormente mencionados, los habitantes enardecen, no escuchan diálogo alguno y ellos mismos, terminan como victimarios por un ilícito mucho más grave que un robo, se convierten en homicidas y al parecer no se dan cuenta de la delicadeza del suceso que ha llevado a que las autoridades apliquen todo el rigor de ley y se aprehenda a quienes incitaron a privar de la vida a una persona.

El Protocolo de Actuación Policial para Prevenir y Atender Casos de Linchamientos en el Estado de Tlaxcala, es sin duda un documento el cual debe ser llevado a pláticas de prevención al interior de los municipios, tal y como ahí mismo se señala (página 9, de la fracción VIII) es un parte fundamental para comenzar a sensibilizar a la población.

Sin embargo, si se llegara a presentar este tipo de situaciones, el protocolo señala una observancia a los derechos humanos tanto para los elementos policiacos, así como para la gente que interviene en una acción de esta magnitud. Las personas confunden y señalan que, el uso de armas para la protección de los guardianes del orden, quienes lo cuestionan entonces no han visto ni de cerca una multitud enardecida. Los policías la utilizarán de forma gradual y dependiendo del pulso que lleven en ese momento.

No se trata de llevar a la absoluta confrontación sino de contener lo que implica en que es en ese lapso de crisis en donde se aplique el criterio para comenzar a dispersar y controlar a la población, la cual no es bajo ninguna circunstancia tarea fácil, es una labor ardua y sobretodo, dominar el panorama para salvar la situación. La lectura es obligada y también ejercer el buen juicio en los peores contextos.

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