Bernardino Vazquez Mazatzi
Escritor y Periodista
El Movimiento de Regeneración Nacional llegó para hacer historia no sólo en México y en América Latina sino en el mundo. Y tiene la oportunidad de convertirse en una corriente política y en una filosofía de gobierno si acierta en decisiones futuras, sobre todo, en las que tengan que ver con la elección de quien habrá de suceder a Andrés Manuel López Obrador, artífice y ejecutor de la llamada Cuarta Transformación.
Y para seguir haciendo historia en el ámbito universal, MORENA y el presidente de la república buscan que, bajo su filosofía, modelo de gobierno y de desarrollo, el próximo gobernante de México sea una mujer. Y como en el escenario no hay muchas mujeres que digamos y con posibilidades, ambiciones, imagen y, sobre todo, con la simpatía y apoyo supremo, Claudia Sheinbaum Pardo se convierte en la candidata natural y casi única.
Sin embargo, la expusieron demasiado pronto, la exhibieron con mucha antelación y eso dio oportunidad a sus detractores a buscarle y a encontrarle e inventarle cuanto defecto, error y culpa encontraron. Una mujer en la presidencia de la república mexicana no es mala idea, no es un imposible, ni una utopía o una locura: realmente sí es posible, y deseable, pero…
MORENA y López Obrador han hecho un trabajo lo suficientemente aceptable como para tener la seguridad y la garantía de continuar en el poder como partido y pensamiento y acción de gobierno, de eso no cabe la menor duda. Pero si la idea de que sea una mujer la candidata y futura presidenta sea mujer y se mantiene el empeño en que sea la actual jefa de gobierno hay muchos escollos por salvar y el sistema de transporte colectivo metro puede ser su tumba. Ese es su punto débil. Y sus enemigos lo saben. Claudia es el enemigo a vencer dentro de ese partido y entre los aspirantes.
Para los que todo saben y todo dicen, el mejor candidato es Marcelo Ebrad. No por nada lo han placeado por todo el mundo y en estos momentos no hay nadie, o hay muy pocos, que conocen de la política y el comercio exterior como él. Sin duda su hoja de servicio está limpia y goza de una muy amplia aceptación mundial y nacional. Él como pocos, garantizan el triunfo, la continuidad de la 4T y llevaría a la victoria a muchos gobernadores estatales. Pero como la idea es que sea una mujer la que se siente en la silla presidencial…
Ahora que, para suerte de MORENA y del presidente y de los aspirantes a candidatos guindas, la oposición está más que muerta y enterrada que nada. Al ratificar su alianza antinatural y provista de toda ambición insana, prácticamente firmaron su derrota en las elecciones estatales de este año y en el proceso electoral presidencial próximo. En PAN, PRI y PRD, juntos o por separado, no hay nadie con el tamaño para ser candidato de peligro. Esa mezcla de colores y siglas no es ni peligro ni preocupación para los morenistas.
En los estados MORENA tiene casi garantizado el triunfo. El discurso del actual régimen se mantiene en la completa credibilidad y aceptación social. Los resultados en la nueva era de gobierno en México, reales o supuestos, tangibles o inventados, positivos o desastrosos y aceptados o rechazados, le dan a MORENA los suficientes bonos para obtener gubernaturas, salvo una que otra excepción. Incluso en este aso ni siquiera juega papel importante el candidato: a quien quieran poner, gana. Y eso opera también en las presidencias municipales.
Y es que esas excepciones tienen que ver con los resultados en los ayuntamientos. Al menos en Tlaxcala, pocos, o casi ningún munícipe, ha cumplido las expectativas. En términos generales, los ediles emanados de MORENA son un escandaloso fracaso, una vergüenza. Aquí no hay austeridad republicana, ni combate a la corrupción, ni resultados en favor del pueblo, ni fin del nepotismo o ausencia de pago de favores. En Tlaxcala, muchos municipios guindas tienen pocas o nulas posibilidades de repetir. Y eso lo saben desde las más altas cúpulas de poder y de ese partido en donde hasta parece que los protegen y apoyan en sus desaciertos.
En nuestra entidad, por el momento, hay posibilidades de la que MORENA retenga la gubernatura. Así lo muestra la fotografía de este instante. Lorena Cuéllar Cisneros tiene un pequeño margen a su favor; pequeño, pero al final saldo positivo. Para hacer algún diagnostico futurista es muy pronto. La suerte de ese partido lo va a decidir el futuro en base a los próximos resultados.
El problema es que, desde la percepción social mayoritaria, no hay buenos resultados como consecuencia de malas decisiones en la designación de funcionarios de primer nivel. O al menos no son los resultados esperados, o no son comunicados de forma correcta; el rumor sustituye a la verdad, o la tergiversa, o la versión oficial es insuficiente. Hay pendientes, y muchos. Y para la sociedad como que no hay voluntad o imaginación para cumplir las promesas y las expectativas.
Al menos la gubernatura tiene un panorama positivo pero muchos ayuntamientos están para llorar y sus autoridades son un total fracaso. Como quiera que sea, el panorama se define y el rumbo va tomando forma en el futuro político estatal y nacional.