Una foto, una historia

Por:Jesús Alberto Varela Rodriguez

AUNQUE mundialmente ya tiene su día, a la bicicleta hay que hacerle su monumento en México y en no pocos países que sienten con mayor fuerza el impacto de la crisis energética del orbe y han tenido que hacerlo transporte imprescindible.

Y esto no solo en la familia y el barrio, sino también en colectivos de trabajo que recurren a ella para no paralizar actividades y servicios y descubren que más que una alternativa es una práctica que ha llegado para quedarse ante limitaciones con los combustibles y otros recursos.

Además de ser una inseparable compañera para muchos, la bicicleta, trae numerosos beneficios para la salud de quienes la usamos, tanto en lo físico como mental, y para el medio ambiente como transporte ecológico que no agrede a la naturaleza.

Su empleo brinda al cuerpo la posibilidad de reducir el colesterol y de quemar diariamente 500 calorías, disminuir los niveles de estrés y mejorar el estado de ánimo y la capacidad pulmonar, así como ayudar al funcionamiento del sistema cardiovascular y tonificar los músculos. Fortalece también las rodillas, la espalda, vigoriza las piernas y minimiza el riesgo de sufrir un infarto o problemas cerebrovasculares. Y hasta puede frenar los efectos del envejecimiento y rejuvenecer el sistema inmunitario, según un estudio recogido en la revista Aging Cell de la que se hizo eco el diario británico The Guardian.

Para el cuidado del entorno natural los beneficios son muchos: desde liberarse de los gases arrojados por los automóviles a la atmósfera con altos niveles de contaminación hasta el uso como medio de transporte, incluyendo la eléctrica, que no emite los perjudiciales gases tóxicos.

Ese vehículo contribuye a la adopción de estilos de vida saludables y cuidar la naturaleza, cuyos encantos pueden disfrutarse con satisfacción mientras pedaleamos y hasta descubrimos nuevos lugares. Subido sobre el sillín se disfruta de manera distinta el entorno.

Ayuda mucho a desconectar, a pensar y en verano mucho puede relajar y contribuir a compartir en familia y entre amigos.

Desplazarse en bici permite ahorrar combustible y tiempo, agilizar gestiones y aprovechar más la jornada diaria.

Al ser un medio de transporte tan práctico, facilita al conductor pasar por espacios reducidos y se presta para variadas iniciativas como los paseos ciclistas, movilizado a colectivos y activado las verdaderas redes sociales comunitarias.

Pero en la economía familiar también son diversas las consecuencias, pues no requiere gastos en combustible ni impuestos y las piezas de repuesto son más fáciles de conseguir en relación con otros medios.

Así, por todos esos beneficios y muchos más, las bicicletas forman parte de la lucha contra el cambio climático.

Quizá muchos desconozcan que hasta tiene día mundial, decretado cada tres de junio por la Organización de las Naciones Unidas con una celebración que busca luchar contra la contaminación, pero bien merece erigirle un monumento en la práctica cotidiana de Tlaxcala.