Isaías Chanona Hernández
Cada 10 de mayo en México celebramos el Día de las Madres. El registro más antiguo que se tiene de la festividad es en la antigua Grecia donde se honraba a Rea madre de Zeus, Hades y Poseidón. Pero el Día de la madre como lo conocemos actualmente tiene su origen en 1865 con Julia Ward Howe, activista y abolicionista estadounidense que defendía los derechos de las mujeres del siglo XIX.
Tras la muerte de su madre, es educada por su tío en donde estudia y se desarrolla. Conoció a escritores como Charles Dickens, Honoré de Balzac y Margaret Fuller. Para 1843 contrae matrimonio con Samuel Grindley Howe, médico, abolicionista, promotor del derecho a la educación de sordociegos. Julia tuvo que adaptarse a la idea de mujer con matrimonio que Samuel le impuso. Sabía que debía convertirse en el tipo de mujer, sin vida fuera del hogar que la hicieran participar en cuestiones públicas ni administrar sus bienes. Aprovechó este tiempo para estudiar filosofía, aprender varios idiomas y escribir poemas que al final publicó en anonimato en una colección que llevaban por título “Flores de Pasión”. El anonimato no duró por mucho tiempo y, al descubrirla su esposo, la demandó por traición. Posteriormente llegaron a un acuerdo y Julia se libró de las demandas. Es aquí cuando ella comienza a involucrarse en la escritura y la vida pública. Promueve el encuentro anual de las mujeres de los ministros en 1870 y forma una asociación de mujeres. Finalmente, cuando enviuda, escribe un poema titulado “Proclama el día de las madres” donde invita a las mujeres a levantarse y pide sea designado un congreso general de mujeres sin que medie la nacionalidad. Su hija, Anna Jarvis, después de su muerte, siguió promoviendo su idea y en 1914, el Congreso de Estados Unidos establece el segundo domingo de mayo de cada año como el Día de la madre, pero haciendo hincapié en el papel de la mujer dentro de la familia.
Hasta el momento yo no he visto que el día de la mujer sea recordado de esta forma, con el fin que buscaba Julia Ward con su idea de que cesaran las guerras. Proclamaba ella desde el principio que “la espada del asesino no es la balanza de la justicia. La sangre no limpia el deshonor, ni la violencia es señal de posesión.” Pero además proclamaba el derecho de la mujer de ser independiente, estaba en contra de la condición que se impuso en el congreso en el que quedó plasmada oficialmente la fecha del día de las madres, pues el papel de la mujer en ese tiempo y actualmente pero en menor medida, es como lo describe Engels en el Origen de la Familia, la propiedad privada y el Estado: “La familia individual moderna se funda en la esclavitud doméstica franca o más o menos disimulada de la mujer, y la sociedad moderna es una masa cuyas moléculas son las familias individuales. Hoy, en la mayoría de los casos, el hombre tiene que ganar los medios de vida, que alimentar a la familia, por lo menos en las clases poseedoras; y esto le da una posición preponderante que no necesita ser privilegiada de un modo especial por la ley. El hombre es en la familia el burgués; la mujer representa en ella al proletario.”
En nuestro país inició este festejo en 1922 y hasta el momento, no se ve por ningún lado el sentido inicial por el que se luchó para tener un día de festejo de las madres. Ahora, querido lector ¿Qué hay que festejar? ¿en México la situación de las madres merece festejo o solo se practica por la necesidad del consumismo desmedido en una fecha oficial? Aquí algunos datos que nos permitirán conocer la situación de las madres en México. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) al cuarto trimestre de 2021, dio a conocer cuál es la situación de las madres en el país, en él menciona que de las 51.9 millones de mujeres de 15 años o más, el 72% son madres. Según la distribución de las madres en el mercado laboral, cuatro de cada 10 mujeres con hijos tienen un empleo. Además, las madres tienden a buscar alternativas laborales flexibles que les permitan dedicar parte de su tiempo al cuidado de los hijos, nueve de cada 10 madres no tienen intención de trabajar por dedicar su tiempo a actividades domésticas, esto nos indica que el cuidado del hogar y de los hijos, sigue recayendo principalmente en las mujeres.
Sabemos además la inseguridad que viven hombres y mujeres en nuestro país, en este sentido, un estudio de la Gaceta Médica de México arrojó que 10 mil embarazos son consecuencia de violación y que el 66% de estas mujeres tenía menos de 22 años. Entre las naciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México ocupa el primer lugar a nivel mundial en embarazos en adolescentes, con una tasa de fecundidad de 77 nacimientos por cada mil adolescentes de 15 a 19 años. Hay más de 3 mil infantes huérfanos por feminicidios y más de 23 mil niños que han perdido a su madre por violencia de género, según el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES).
En fin, la situación de las mamás en nuestro país es muy lamentable. Cuando una madre lucha por mejores condiciones de vida, se le amedrenta como acaba de suceder este 10 de mayo en la Ciudad de México, Morelos, Jalisco, sonora y Nuevo León, donde miles de mujeres se manifestaron por las desapariciones de sus hijos. En ese momento, cuando se levantan en contra de los gobiernos, se olvidan de las madres. No nos olvidemos de algo, mientras no se ataque la raíz del problema, la situación en México seguirá empeorando. Que conste.