Claroscuros del poder
Bernardino Vazquez Mazatzi
Escritor y Periodista
En materia de ejercicio del poder o en el arte de gobernar sin duda nada es como se esperaba, como se imaginaba ni como se había deseado, pero también, ante la falta de voluntad, de capacidad y ante las ambiciones personales de algunos, las cosas se van a los extremos y así como hay cosas que se reconocen, se aceptan y se valoran de las autoridades, también las hay que se juzgan, se critican, se reprochan y se condenan y por desgracia, en algunos casos son las más estas últimas.
Nadie en su sano juicio y con un poquito de objetividad y honestidad podrá negar el esfuerzo del gobierno que encabeza Lorena Cuéllar Cisneros por terminar o disminuir el robo de automóviles. En este rubro se notan y reconocen los resultados que saltan a la vista por más que los partidos y políticos de oposición lo quieran negar. Hay una lucha frontal en contra de la delincuencia y la batalla se da todos los días desde diferentes frentes.
Claro que los críticos de todo, los que todo saben, pero nada hacer, podrán decir que no hay nada qué agradecer o qué reconocer si es su obligación, que para eso cobran y se les paga bien, que han jurado cumplir y hacer cumplir las leyes, pero por encima de ese razonamiento está la voluntad y capacidad del gobernante que le apuesta a algo, que sabe que el esfuerzo implica riesgo de fracaso y, por ende, su descrédito y rechazo social.
Hay esfuerzos que se aprecian, que son visibles, palpables, que están en la charla de café, en la plática del transporte público, en los medios de comunicación, son tangibles como los aspectos poco aceptables o nada entendibles o de abierto rechazo entre la sociedad tlaxcalteca como el que en el gabinete estatal existan personajes que a juicio de esa juez implacable que se llama pueblo, son arribistas, son los mismos, son priistas en un gobierno de cambio, son panistas contrarios y, dicen, de probada traición al pueblo.
Criticable o controvertido o inaceptable es el involucramiento de la burocracia, morenista o no, en cuestiones partidistas y específicamente en el tema de la revocación de mandato llevada a cabo el pasado diez de abril. Cuestionable ese proceso que finalmente no sirve para nada práctico o que nada aporta al desarrollo del país. La participación intensa de los distintos niveles de gobierno morenista no estuvo bien visto por la sociedad consciente o por los apartidistas o por la oposición o por quienes no necesitan este tipo de acciones habiendo tantos problemas en los que centrar los esfuerzos y recursos.
En cuanto a los municipios, gobernados por cualquier partido político, pero principalmente por MORENA, en muchos hay problemas muy serios y algunos alcaldes no la van a librar. Hay inconformidades en el pueblo y hay desaciertos graves en los presidentes municipales que se están ganando a pulso y de a gratis la animadversión, el repudio y el rechazo de sus gobernados. Nada que ver el resultado de su gestión con sus promesas de campaña y con la filosofía de la 4T. Algunas alcaldías prácticamente están a la deriva y lo peor, no se vislumbran soluciones, dialogo, obra.
Los ayuntamientos morenistas están plagados de gente que nada tiene que ver con los principios de MORENA, incluyendo a los alcaldes. Los regidores de oposición ni para adorno sirven; se han convertido en cómplices, comparsas, alcahuetes… maiceados, guardan silencio y se suman a la improductividad o al saqueo. Mientras tanto, los líderes que buscaron también la candidatura y que se supone deberían ser sus críticos y acicate, guardan cómplice silencio.
De uno o dos, cuando mucho, podrá decirse algo medianamente positivo. El resto de los alcaldes ganadores de MORENA no precisamente morenistas dan pena y vergüenza. Y por ello no va a ser raro que en cualquier momento la base partidista, los auténticos morenistas, los fundadores, los que han luchado y les ha costado llevar a su partido a muchos triunfos, desconozcan a los presidentes municipales llegados por imposición y como resultado de encuestas de burla.
Para esos personajes fundadores, desconocer a los presidentes que los mal representan y que los ponen en vergüenza es urgente, indispensable e insalvable. Lo van a hacer más pronto que tarde. Está en riesgo la continuidad de MORENA en el poder municipal y prefieren que la fruta que ya se empezó a pudrir se acabe de echar a perder; no hay forma de ayudarlos.
Así es que los actuales gobernantes tienen claroscuros muy marcados y conforme pasen los días, se verán cosas que han definido ya los pocos meses de gobierno morenista, para bien o para mal.