¿Ciudadanos de primera y segunda?

Desde hace varios meses – o más – que en la cuadra donde vive el exmagistrado Francisco Flores Olayo, sobre la calle Antonio Díaz Varela de Santa Ana, nadie paga parquímetro. Los espacios están delimitados y hasta hay una máquina para comprar tiempo, pero la disposición dejó de funcionar para permitir que los automóviles familiares se puedan aparcar ahí sin restricciones… y de paso, para quienes quieran degustar de una michelada en La Balacera.

Sobre la misma vialidad, pero unos metros más adelante rumbo al centro de la ciudad, sí se paga parquímetro, pero convenientemente frente a la tienda de artículos típicos y ropa propiedad del regidor Saúl Decasa Pérez y su familia, está definida un área pintada donde se prohíbe estacionarse a pesar de que durante el día ningún automóvil entra o sale, pero la cuestión es no estorbar la visibilidad al negocio.

Lo mismo de día o particularmente de noche, se pueden ver patrullas haciendo guardia frente a un restaurante por el rumbo de las vías del tren – cerca de la CAPACH – o frente a domicilios que muy probablemente sean de funcionarios municipales de primer nivel, lo mismo en El Alto que en el centro. Por la responsabilidad que tienen, el alcalde y el director de la policía sí pueden  tener una guardia permanente – recordemos el asalto que sufrió en su casa el exmunícipe Ángel Meneses –, ¿pero los demás? Se supone que Chiautempan es un municipio seguro.

Es implica que hay un trato diferenciado entre quienes son funcionarios, quienes tienen influencias políticas y quienes tienen poder económico, con respecto al resto de ciudadanos. Bastaría revisar el padrón de usuarios del agua potable para ver quiénes y por cuánto tiempo tienen adeudos.

Todo es una práctica común que se aprovecha cuando se tienen las riendas de una administración pública, pocos los que disfrutan, la mayoría los que se quedan al margen. No hay equidad.

Por cierto… el bacheo de céntricas calles que se anunció con bombo y platillo por parte del Ayuntamiento que difundió incluso fotografías del alcalde Antonio Mendoza haciendo faenas, parece que no durará mucho pues el cemento que se colocó en la muy averiada calle Morelos, frente a la mejor conocida como para de Veana, ya cedió ante el peso de los automóviles y los hoyos se comenzaron a formar.

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