La flor de cempasúchil, elemento insustituible en la ofrenda de Todos Santos

I. Carolina Campos

El Municipio de Tepeyanco, en el Estado de Tlaxcala, es una zona con tierra fértil para el cultivo de la flor de Cempasúchil.

Rodolfo Pérez, productor de flores que son símbolo de la festividad por su color y aroma, desde niño y por enseñanza de sus padres, ha dado seguimiento al cultivo en los terrenos de labor que tiene destinados para cada año sembrar la flor de muerto o llamada flor de 20 pétalos.

De profesión ingeniero, en entrevista para Ojo Águila, comparte con nuestros lectores el proceso de la flor amarilla, este cultivo inicia con la selección de semilla la cual debe salir de la flor hembra para que la cosecha sea de buena producción y ganancia.

El aroma inconfundible trasciende con las almas de los fieles difuntos en estos días de Todos Santos que se conmemora en México en los últimos días de octubre y los primeros dos días de noviembre.

El almácigo, trasplante, riego, aplicación de fertilizante y control de plagas, son algunos factores importantes que aplican quienes se dedican a este cultivo para obtener buenos resultados y ofertar al consumidor en estos días de muertos, flores frescas y a buen precio.

La flor de cempasúchil se siembra en cantidades grandes para estar a la venta en ramitos pequeños de 10 a 15 pesos o por maleta, cada maleta llega a costar entre 350 y 400 pesos.

La flor de cempasúchil refleja el inicio de la festividad de Día de Muertos, los campos de producción se tornan en color amarillo listos para la cosecha, desde el 28 de octubre adornan la ofrenda dedicada a quienes murieron en algún accidente y posterior a los niños y adultos.

Pero no sólo se ocupa para adornan el altar de la ofrenda, si no también tiene otras cualidades como el teñido principalmente de hilo de lana, además la utilizan como tratamiento medicinal en problemas digestivos y hasta en gastronomía.