Bernardino Vazquez Mazatzi
Escritor y Periodista
La comunidad artística y cultural tiene mucha confianza en que el nuevo gobierno, que encabezará la licenciada Lorena Cuellar Cisneros a partir del uno de septiembre, sabrá poner orden en las instituciones culturales de Tlaxcala, mismas que privilegian intereses ajenos a la creación de las bellas artes y a la protección y difusión de nuestra cultura.
Para nadie es desconocida la existencia de verdaderas mafias de presuntos artistas que acaparan los recursos destinados a los creadores, gente que sin ofrecer resultados o sin aportar algo positivo al arte prácticamente vive del presupuesto destinado al sector. Y no, no producen literatura, música, danza, teatro u otra manifestación artística. Son recomendados, influyentes en el gobierno, familiares de funcionarios. Son fósiles parásitos que por años han cobrado becas y subsidios a cambio de absolutamente nada.
El nuevo gobierno debe poner fin a la presencia de gente sin perfil en el sector cultural. No es para nadie desconocido que desde el Instituto Tlaxcalteca de la cultura, de las oficinas de otras oficinas del sector hasta las direcciones municipales del área, hay personas que desconocen totalmente del asunto. Y no solamente no apoyan a los artistas, sino que los frenan, los niegan, los rechazan y tratan mal por ignorancia, incompetencia e ineptitud.
Hay directores municipales de cultura que no tienen ni idea de lo que es un recital poético, una coreografía, una obra de teatro ni cómo gestionar conciertos de música clásica o la presentación de un libro. Pero están en esas oficinas municipales o estatales por recomendación, por el pago de cuotas políticas con los partidos o por agradecimiento a quienes apoyaron la campaña. En algunos municipios esas áreas son inoperantes, son elefantes blancos, son oficinas vacías de gente conocedora y de proyectos, de una verdadera vocación de servir.
La falta de conocimiento de las actividades del sector por parte de los funcionarios que no funcionan, se aúna a la ausencia de interés del presidente en turno y al nulo presupuesto para las actividades culturales y para el apoyo a los creadores de alguna de las bellas artes. Es un círculo perfectamente absurdo en el que todos, absolutamente todos, salimos perdiendo. No hay dinero, no hay actividades, no hay voluntad ni estrategia… no hay respeto ni atención para los artistas…
En los municipios y en la institución oficial estatal no hay siquiera la mínima atención y respeto para el artista que hasta ahora, ha visto muy ocioso, una pérdida de tiempo y absurdo acudir a solicitar apoyo para financiar su creatividad. Primero, el titular en turno no cree importante ni necesario recibir en su lujoso despacho a un individuo que llega a pedir dinero para la publicación de un libro, para presentar su creación pictórica, su obra de teatro por medio de una gira estatal o para adquirir vestuario destinado al ballet folklórico… y no se diga para salir a representar a Tlaxcala y México en otros países.
El nuevo gobierno debe inventar el hilo negro y descubrir el agua tibia en materia cultural pues hasta ahora nadie lo ha logrado. La cultura y el arte también detonan la economía, atraen turismo, fomentan la convivencia pacífica, apartan a la juventud de los vicios y de la violencia e impulsa a quienes nacieron con el don de producir arte. La cultura es un activo que debe, tiene, que ser atendido y que habrá de aportar enormes beneficios, tangibles e intangibles, al estado de Tlaxcala. Esto no es un lujo: es una necesidad.
Da pena, vergüenza y tristeza encontrarnos con municipios, los más grandes y poblados de nuestro estado, en donde desde hace mucho tiempo, no se publica ni se presenta un libro, en donde no existen galerías para exponer las obras pictóricas, museos, salas de conciertos, auditorios para la danza, la poesía ni talleres ni maestros ni programas semanales o mensuales de actividades culturales. Y da coraje porque en otros municipios de otros estados hay hasta cinco actividades diarias y los creadores reciben apoyo para financiar su trabajo siempre visible y destinado a la sociedad.
Me pronuncio por un directorio de creadores y que estos reciban apoyo, beca, financiamiento o como quiera que se le diga por su producción, pero siempre y cuando este compruebe una trayectoria sostenida, vigente, activa, tangible, comprobable, de al menos quince años de creación y de presentaciones constantes en Tlaxcala, en el país y en el extranjero, y siempre y cuando se deje fuera a los mismos de siempre que han vivido del presupuesto, pero de los que se desconoce su obra pues no existe.
El nuevo gobierno debe apoyar la cultura, el arte y los creadores, ya no debe exponer pretextos ni abundar en argumentos vacíos para negarle la oportunidad a Tlaxcala de sobresalir en este rubro. Los artistas creen que este será un gobierno diferente, tiene que ser diferente…