Hugo Valadez Hernández
En el estado de Tlaxcala se ha salido a anunciar con bombo y platillo que el 95 % del magisterio está vacunado. El fin evidente de tal acción es regresar a las aulas en meses próximos. Es de suma importancia tener claras las razones, los riesgos y las alternativas de solución que debe tomar el pueblo para evitar el riesgo decontagio y lamentables muertes, ya que la tragedia está lejos de llegar a su fin.
En primer lugar recordemos que el manejo de la pandemia en nuestro país por nuestras autoridades ha sido uno de los tres peores en el mundo. Las aulas se cerraron prácticamente al inicio de la pandemia. La situación hoy no se comparacon la situación concreta cuando se cerraron las escuelas, es decir, el número de contagios entre un momento y otro es diametralmente lejano. Aún con esta medida el número escandaloso de muertos y contagios todos los conocemos.¿Será suficiente tan sólo la vacunación de maestros para el regreso a clases presenciales? Además, es necesario que razonemos: si no les importa la vida de los mexicanos a las autoridades responsables del manejo de la pandemia, ¿Les importará el rezago educativo en nuestro país causado por ésta?
Recordemos que los resultados educativos, antes de la pandemia, en nuestro país eran de los peores evaluados por la prueba PISA; las carencias materiales, reafirmo, sin pandemia han venido deteriorando el aprovechamiento escolar, lafalta de aulas, servicios públicos, computadoras, internet, etc. Es decir, ya desde entonces les importaba poco la educación integral de niños y jóvenes mexicanos. El ansiado regreso a clases en el país no obedece a una legítima preocupación del gobierno de López Obrador por el rezagó causado por la pandemia, sino a las
presiones, a través del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), de mano de obra calificada por los monopolios industriales en el mundo.
Nadie niega la necesidad de regresar a clases, pero no se puede hacer de una manera improvisada, esto en nuestro país tiene riesgos mortales. Los materiales necesarios para mantener las medidas sanitarias en las escuelas serán difíciles de implementar. Hay escuelas en mal estado, incluso con falta de servicios básicos. De acuerdo con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), “cuatro de cada 10 escuelas no tienen agua potable; solo dos de cada 10 cuentan con aulas amplias que permitan guardar la distancia entre alumnos; el 56% tiene un sistema eléctrico viejo, y tres de cada 10 escuelas no tienen drenaje”. Además, con este gobierno de la austeridad, recordemos que hubo manifestaciones de médicos por la falta de instrumentos para protegerse de la pandemia.
Las nuevas cepas del coronavirus, se ha comprobado, en primer lugar que los niños y jóvenes no están inmunes, han muertos cientos de estos. Que las secuelas del contagio pueden causar a la larga, infartos mortales entre sus 30 y 40años. Por otro lado, los niños y jóvenes aunque no presente síntomas, son excelente transportadores del virus a seres más vulnerables, es decir, el estudiantado va a llevar la muerte a los miembros más vulnerables del hogar.
A pesar de todo esto la apertura de las escuelas va. Y aunque hay algunas consideraciones y condiciones que advierte la SEP y su titular. Ya hemos visto como se pasan por el arco del triunfo las restricciones de primera línea, además de la manipulación descarada del semáforo epidemiológico.
Convoco pues, a padres y madres; al estudiantado tlaxcalteca y nacional a que nos organicemos y luchemos. Porque los niños y jóvenes son el futuro, pero irremediablemente, antes que todo, el futuro es de los vivos, no de los muertos. ¡No al regreso a clases, si no está vacunado el 70% de la población!
