La Pluma más Rápida
Por décadas negaron ser lo mismo, fueron adversarios históricos, pero ahora, el PRI y el PAN son socios con su mega alianza en el estado, -denominada “Unidos por Tlaxcala”– con el objetivo claro de ir en contra y de arrebatar el poder a MORENA.
Los líderes nacionales de estos partidos, sus legisladores federales y los presidentes de partidos en los estados, replican la misma línea… “Qué Morena está llevando al país al abismo”, aunque para los críticos la unión de quienes juraron ser enemigos, daría más argumentos a la gente para evitar a toda costa su regresa en las estructuras de poder.
Los panistas de hueso colorado, aquellos que creían en la ideología del partido y por muchos años sostuvieron al albiazul, hoy tienen la mala fortuna de observar finalmente su unión, pero sobre todo, que la misma cúpula panista será la única beneficiada con la alianza, a través de cargos de elección por la vía plurinominal en el Congreso del Estado.
Lo mismo ocurre en el PRI con las disputas internas, pues asesores y gente muy cercana a los exgobernadores, Mariano González Zarur y Héctor Ortíz Ortíz, son quienes llevan mano principal en la dichosa coalición.
Y no solo eso, van acompañados de una izquierda cada vez más rezagada en el estado, aunque ya en las elecciones presidenciales de 2018 el PRD se unió con el PAN, uno de los objetivos es ganar la mayoría de las diputaciones federales para contrarrestar poder político al presidente Andrés Manuel López Obrador.
Sin embargo, recientes encuestas apuntan que al menos el 60 por ciento de los mexicanos no votaría por un candidato de una alianza PRI-PAN, y el 40 por ciento no votaría por el PRI, pero en su defensa recuerdan que saben movilizar a la gente hasta llevarlas a las urnas, por las buenas o por las malas aplicarán las estrategias que saben hacer.
Aunque el acuerdo tripartito no es nuevo, la alianza ya tenía antecedentes en la política mexicana con el Pacto por México, que impulsó varias medidas neoliberales con el presidente Enrique Peña Nieto a finales de 2012.
Los líderes panistas afirman que el asunto va más allá de ideologías, lo que tratan es contrarrestar y arrebatar el poder a Morena, a quien minimizaron en las elecciones pasadas pero más de 30 millones de mexicanos votaron por el cambio de régimen.
Por cierto, el domingo pasado Anabell Ávalos fue ungida como la candidata de unidad del PRI-PAN y los partidos satélites, pero no estuvo presente, quizá por estar en recuperación del Covid 19, pero lo extraño es que tampoco se presentó la senadora panista, Minerva Hernández, a quien una vez más, bajan de la contienda electoral.
Algunos consideran que el panismo aún está negociando un buen acuerdo, quizá, en próximos días veamos a la panista levantando la mano a la presidenta municipal con licencia de la capital, pero ya no sería con bombo y platillo, mala estrategia para su anuncio este fin de semana.