Por: Jesús Abraham Fragoso
Conforme se van acercando los tiempos electorales, día a día observamos en el Estado y en nuestro municipio un mayor número de actores políticos y personajes que incluso han renunciado a sus puestos en cualquiera de los ámbitos de Gobierno para iniciar con su proceso de posicionamiento rumbo a la contienda electoral que se avecina en meses próximos.
Es cada día mayor el número de bardas, lonas, volantes, reuniones y mensajes que podemos observar de quienes pretenden ocupar un puesto de elección popular, pero que curiosamente NO habían aparecido hasta ahora que se acercan los tiempos electorales.
La pregunta obligada para todos nosotros es:
¿Qué quiere o qué busca la gente?
En días pasados tuve la oportunidad de analizar una encuesta realizada en nuestro municipio y es curioso que aparecía la siguiente pregunta: ¿Cuál es el perfil que tiene que tener tu próximo representante?
Los resultados principales fueron los siguientes:
El 35% de los encuestados optaron por un Activista Social, el 23% prefirieron a un académico y el 21% optaron por un empresario, entre otros…
Curiosamente dentro de las tres primeras respuestas no apareció en ningún momento el perfil de un “político” y esto es un mensaje claro para todos los aspirantes a representar a la ciudadanía en algunos de los poderes.
La gente está casada de los mismos personajes que cada tres años aspiran a aparecer en la boleta. Los ciudadanos quieren personajes que se pongan a trabajar y a los que sus acciones representen por encima de su discurso.
Las redes sociales han revolucionado la forma de comunicarnos y eso ha permitido que al alcance de la mano la mayoría de la ciudadanía tenga acceso a la información de todos los aspirantes en tiempo y forma.
El 2018 fue un ejercicio saludable en el que la ciudadanía votó en contra de un Gobierno que hacía evidente el mal manejo de recursos públicos, la corrupción desmedida como el tema de la “Casa Blanca” y las “Quimioterapias de agua” en Veracruz y la falta de sensibilidad del Gobierno ante temas tan delicados como el caso Ayotzinapa.
Aún con la maquinaria electoral aceitada, el Gobierno en turno no pudo mantener su hegemonía ante el descontento de los mexicanos y gran parte de esto se debió al alcance de la información en temas tan delicados como los antes mencionados. Anteriormente un Periódico tenía la verdad absoluta; hoy ya no.
Hoy la gente se informa y observa el comportamiento de los que pretenden llegar a ser; y aunque a veces digan que sí, la verdad en el momento del sufragio es otra.
Sería bueno que en estos tiempos electorales las acciones y propuestas vayan en aumento y la descalificación y demagogia a la baja.
Las acciones valen sin duda, muchísimo más que las palabras.
Muchas gracias por leerme, paisanos.
¡Yo soy Orgullosamente Chiatempense!, ¿y tú?…
¡Nos saludamos pronto!
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