Clases a distancia, retos y oportunidades

Bernardino Vazquez Mazatzi 

Escritor y Periodista 

 

Para quienes no les parece nada y la crítica ociosa es su forma de exponer sus frustraciones, las clases no presenciales son una broma de mal gusto, un equivocado proyecto y un método que anticipa el fracaso del sistema educativo adoptado en tiempos de pandemia. Para lo más optimistas, para quienes tienen por norma considerar las posibilidades, el inicio de clases a distancia son un reto y más que eso, desde mi punto de vista, representa una enorme e inmejorable oportunidad para que los padres de familia y la sociedad en su conjunto, se involucren de lleno en el tema. 

Creo que el regreso a las clases para el ciclo lectivo 2020-2021 en las condiciones que impone la crisis mundial de salud es mucho mejor que no hacer nada. Para las autoridades educativas y para el actual régimen de gobierno tomar decisiones en materia educativa representó un verdadero reto y en él advirtieron los pros y los contras, la aceptación y el rechazo, los riesgos y posibilidades y la operatividad del proyecto ya en el terreno de los hechos. Adoptar un modelo requirió de amplios análisis y poner en marcha la mejor opción fue resultado de la opinión de expertos: no fue una aventura, un volado, una ocurrencia. 

El reto fue mayúsculo desde el momento en que se recibieron las propuestas y proyectos de una temporada de enseñanza aprendizaje a distancia, cual más tenía bondades y errores y abrían la posibilidad de convertirse en fracaso, pero también había grandes posibilidades y argumentos a favor. El objetivo fundamental, la meta, fue siempre operar el sistema educativo sin que maestros y estudiantes tuvieran acercamiento o contacto. Finalmente, de forma valiente, temeraria, midiendo riesgos y previendo reacciones en contra, la SEP y el SNTE coincidieron en un formato o estrategia con el único fin de dar continuidad a la enseñanza y evitar la pérdida de un año de estudios. 

Por lo que respeta a la parte institucional o gubernamental ahí está la propuesta; perfectible si se quiere, con fallas técnicas o con carencias tecnológicas si se desea, pero ahí está la oferta y el objetivo. 

La otra parte, la de las oportunidades que brinda este modelo emergente de enseñanza, es la de las responsabilidades y obligaciones de los padres de familia que ahora más que nunca, tienes la posibilidad de involucrarse de lleno y sin limitaciones en la enseñanza y aprovechamiento escolar de sus hijos. Nunca como ahora el papá, la mamá, los abuelos y tíos tienen la oportunidad de conocer de primera mano lo que se le indica al alumno aprender y participar en la explicación del contenido y hasta de sentarse a su lado para exponer toda la paciencia y sabiduría de adulto en beneficio del aprendizaje. 

Hoy los padres de familia se convierten en maestros, en asesores, en testigos presenciales y activos y partícipes de la enseñanza de los estudiantes y muy de cerca, conocerán las carencias de los maestros, los retos a los que se enfrentan día a día y hora tras hora los docentes al atender a su hijo o hija, como nunca conocen de primera mano el comportamiento de sus hijos y la voluntad o ganas de aprender, de entender, de aprovechar la cátedra y de mantener el orden y la disciplina y valorar la educación de familia con la que los muchachitos se conducen en comunidad. 

Los críticos negativos siempre encontrarán motivos, excusas y pretextos para descalificar esta forma de enseñanza a distancia; como carecen de propuesta, de buena voluntad, de experiencia y hasta de sentido común, van a criticar esta y otra y cualquier propuesta de clases no presenciales y lo mismo van a despotricar en contra de toda iniciativa, que a denostar la inmovilidad y falta de acción de este y de cualquier gobierno de este país y de cualquiera del mundo. Sus frustraciones sólo les alcanzan para eso: para exhibir su mediocridad. 

Pero para los padres de familia conscientes, civilizados, inteligentes, preocupados genuinamente por la educación de sus hijos, para quienes en vez de criticar proponen y actúan, la pandemia representa la invaluable oportunidad de lo que el sistema educativo en México representa en los hechos pues eso los hace estar informados y opinar con conocimiento de causa, no a lo estúpido. 

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