Bernardino Vazquez Mazatzi
Escritor y Periodista
El último recurso de los chiautempenses y después del acto de conformidad generalizada, es el de dejar, sin olvidar, el pasado, y disponerse a participar activamente en el desarrollo de este municipio.
Una vez que se conoce al nuevo presidente municipal electo y que este fue seleccionado mediante el método democrático aceptado y practicado por la mayoría de los mexicanos, a los ciudadanos de Chiautempan no les queda otra cosa que sumarse el proyecto de gobierno de la nueva autoridad que como empleado del pueblo, deberá trabajar en lo que el pueblo le ordene.
Mantener vivos los rencores, los reproches, las amenazas y los resentimientos derivados de un proceso electoral bastantemente cuestionado y sucio, sólo incrementan los odios, ahonda las diferencias y predispone a la sociedad a la confrontación y a la agresión. Esta actitud, justificada o explicada únicamente, le hace mucho daño a este municipio y frena las aspiraciones de la sociedad por mejores nuevos tiempos y mejores gobiernos.
A estas alturas del proceso electoral del 2016 ya nada tienen que hacer las acusaciones ni los intentos de venganza. Aun con sus defectos y aberraciones, aún con las mañas y formas de los políticos, los partidos y los candidatos, aún con la imperfección de las autoridades electorales, en Chiautempan ya hay autoridades y estas deben contar con el respaldo, apoyo, confianza y observancia del pueblo primero para tener legitimidad y así ejercer el poder con gobernabilidad y, segundo, para vigilar el cumplimiento de las promesas y la correcta aplicación de los recursos públicos.
El nuevo gobierno municipal, que por cierto, habrá de despachar por cuatro años y 8 meses, requiere actuar con humildad y enviar urgentemente un mensaje de unidad y de confianza y lanzar un llamado a los ciudadanos para impulsar su gobierno mediante la aportación de propuestas que lleven a beneficiar a las mayorías, aplicando políticas de servicio sin distingos, programas de atención pronta con respeto y eficiencia y eficacia y llevando a cabo acciones que integren las ideas y la mano de obra del pueblo.
El peor error que pueda cometer este nuevo gobierno, que por provenir de la mayoría de los chiautempenses deja de emanar de un partido, de unos colores y de unas siglas, será actuar con sesgos partidistas, obrar por venganzas, negar atención y servicios por cuestiones de fobias o filias, rechazar la propuesta, la idea y la acciones de quienes no lo acompañaron en su campaña y que incluso le fueron adversarios y asumirse como todopoderoso y ley olvidando que ese poder y esa autoridad se la otorgó el pueblo quien también ser lo puede quitar.
Una vez que hay un nuevo gobierno en el municipio, todas las fuerzas, organizaciones, grupos, partidos políticos y ex candidatos que juran que sólo les interesa Chiautempan, deben asumir el papel de suma y no de resta ni de división. Más allá de partidos, de campañas y de procesos electorales, por muy malos que sean, está el futuro del municipio y obstaculizar su desarrollo u oponerse al crecimiento por meras cuestiones políticas en realidad sólo revela las auténticas intenciones e intereses que persiguen.
El nuevo gobierno de Chiautempan se debe dejar ayudar escuchando y obedeciendo el consejo, la orientación y la crítica. El nuevo gobierno municipal debe asumir una actitud de humildad y acatar los mensajes directos y cifrados de la sociedad y atender con prontitud, respecto, eficiencia y eficacia a quien le paga su salario.
La confrontación, que ha sido política y las diferencias que fueron sólo por cuestiones de colores y siglas, han quedado atrás y estos son los tiempos de la unidad en torno a su sólo objetivo que se llama Chiautempan. La voz del nuevo gobierno se debe escuchar y los ciudadanos deben tener la voluntad de oír.
Todos en Chiautempan tienen qué hacer, todos tienen qué proponer y el nuevo presidente tiene entonces a quien obedecer por lo que la nueva frase y el llamado reiterado debe ser: todos a trabajar por el municipio.