Eduardo Silvestre Hernández
La vida es un abrir y cerrar de ojos , es igual un momento tan delicado que se debe apreciar y cuidar, pero tal parece que en el núcleo del tricolor no es valorado este principio básico, después de las elecciones de este domingo, el resultado de la derrota es más que un reflejo del sentir social que hoy en día se vive en gran parte de la población.
El legado Priista poco a poco se esta derrumbando, los cimientos que una vez estaban totalmente fortalecidos por la institucionalidad, hoy se quiebran por la incomprensión social y por el alejamiento de los líderes, que en algún momento optaron por complacer a la minoría bañada de oro, que complacer a sus militantes, cuadros y sectores.
Caminaron al abismo con los ojos cubiertos y la razón desprotegida, con el ego por delante y con la sencillez olvidada que posiblemente fue cambiada por la incompetencia , hoy en la profundidad del PRI debe de retumbar 3 preguntas necesarias y urgentes, continuar con este camino que llevara a la autodestrucción o dar un paso y voltear a todos lados y pararse a reflexionar que esta mal y que cambiar, porque todos los priistas sabemos que la cúpula se hizo una pirámide para ponerse hasta lo alto debe ya debe de ser extinguida, cambiada y porque no, olvidada.
Si bien es cierto hubo errores graves y se deben superar, y aquellos victimarios deben de recibir si no un castigo, por lo menos un hasta aquí , porque muchos priistas que tenemos profesionalidad ética y cordura somos tachados por errores de otros y eso no se hace justo.
Lo elemental es crear reuniones divergentes dentro del PRI y tener los elementos reales, lo certero sería escucharlos y lo correcto seria que el próximo presidente de este instituto las llevara a cabo como un estandarte a un grito de guerra “Democracia y Justicia Social” que desde mi humilde opinión seria Democracia Interna y Justicia Partidista.
Basta de los privilegios dentro del PRI, basta de los apellidos, basta del clasismo, basta de los juniors, basta de tanta barbaridad antimocratica, porque lo único que se logró con eso es llevar a nuestro partido al último lugar, donde los tecnócratas se llenaron la panza pero vaciaron y cambiaron el pensamiento por unas cuantas monedas.
La esencia Tricolor recae en su gente, recae en su tierra, recae en todas las formas en las que se fundo, en la revolución, en la unión y la mexicanidad de cada uno de nosotros.
El PRI no debe de morir, el PRI no debe de extinguirse, el PRI debe renacer con nuevos cuadros y dirigentes aptos a los cambios profundos y a entender que ser oposición no es un castigo si no es una oportunidad de cambiar y extinguir lo que esta mal.
Hagamos las cosas bien, construir un partido de causa y no excusa, construir un partido de fuerza y no de clubes, de hacer un partido profesional y no de juniors, un partido de guerreros y no de tecnócratas, que no se ensucian, que no saludan, que no trabajan, pero si que destruyeron a nuestro partido.
La esencia tricolor nace ahora, nace hoy, nace contigo.