Impostores 8 de cada 10 migrantes que piden caridad en las calles

CEDH y Pastoral del Migrante, coinciden en que esa práctica ha sido retomada por ciudadanos mexicanos comunes

Gerardo Santillán

Hasta ocho de cada 10 presuntos indigentes que piden caridad en cruceros o vías del tren, se hacen pasar por migrantes centroamericanos, pero se trata de ciudadanos mexicanos a los que se les ha hecho costumbre tratar de ganarse la vida de manera fácil, coincidieron la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH) y la Pastoral del Migrante de la Diócesis de Tlaxcala.

Por separado y sin tratar de menospreciar a personas en situación de vulnerabilidad, el responsable de la Pastoral del Migrante, Elías Dávila Espinoza, dijo que son pocos los migrantes reales que pueden desviarse de su ruta para internarse en las ciudades y pedir algunas monedas, por lo que el resto son personas que se dedican a “charolear” por no querer ser productivos en algún trabajo formal.

Lo más deplorable, remarcó, es cuando los impostores que aprenden un tono de voz caribeño, utilizan niños o hasta bebés en brazos para tratar de confundir a la gente que de buena voluntad les da algún apoyo, pues propicia que esos menores se acostumbren a ese tipo de caridad.

Por su parte, el Ombudsperson, Víctor Cid del Prado Pineda, también señaló que los verdaderos migrantes centroamericanos están más preocupados en continuar su viaje y no perder su ruta, además de no perder energías con caminatas adicionales, que quedarse solos o con sus familias  en un punto donde tienen menos chances de prosperar.

Eso sí, son menos los casos de extranjeros en situación de vulnerabilidad que deciden establecerse en Tlaxcala por cuestiones de auxilio humanitario o que logran vincularse en una relación afectiva con alguien oriundo.

Actualmente es más común observar en las calles y cruceros de ciudades como Chiautempan, Tlaxcala, Apizaco y otras, que personas con apariencia de migrantes piden monedas a los transeúntes o automovilistas para sobrevivir, disputándoles en algunos casos esa caridad a otros individuos que hasta por años han estado en las calles.