En Política no hay justicia
En esta innoble oferta de candidatos que se dan por docena y por mayoreo, el electorado no encuentra opciones
Bernardino Vazquez Mazatzi
Si en estos momentos algo se percibe de forma inequívoca es la falta de interés de la sociedad en los comicios de este año. Y no es por la falta de candidatos, al menos en lo que a presidencias municipales se refiere, sino a que en términos generales, los que han asomado la cabeza y han declarado su enorme amor a su terruño y que están dispuestos a sacrificarse por cuatro años y ocho meses no dan confianza.
Claro, hay honrosas excepciones y sí hay uno que otro ciudadano probo, profesional, de buena familia y con buenas intenciones, pero esos son los menos y por desgracia, son los que van a perder en las urnas… precisamente por eso, por ser buenos.
Pero si hablamos de la generalidad, la gente ve en los municipios las mismas caras pero con otras siglas y diferentes colores, ven a los mismos de siempre pero ahora con otro discurso, ven a los de cada tres años pero ahora escupiendo maldiciones a quien les dio o a quien les negó la oportunidad y la gente se encuentra con los infaltables en todas las elecciones haciendo las mismas promesas, participando como siempre y perdiendo como siempre.
En esta innoble oferta de candidatos que se dan por docena y por mayoreo, el electorado no encuentra opciones, no cuenta con algo atractivo, no le llega el convencimiento por ningún lado y no percibe que los políticos hayan entendido que estos, son nuevos tiempos, que hay que inventar y desarrollar una nueva forma de hacer campaña o de venderse y que la sociedad está cansada, frustrada, desencantada con los candidatos, con los partidos y con los resultados de quienes en este momento están en el poder.
Hay candidatos que con esta nueva aspiración no indican que tienen voluntad de servir, de trabajar y dar resultados, sino que nos hablan de codicia, ambición y terquedad por mantenerse en el poder. La gente no los acepta porque en los hechos no cumplieron las expectativas que despertaron y se olvidaron las promesas que prodigaron a los incautos que en ellos confiaron. De nada vale que aleguen experiencia y que vendan ese argumento como garantía de que ahora sí, van a cumplir.
Y los hay sin experiencia, sin pasado negativo (ni positivo), sin estar quemados ni deberle nada a nadie en materia política. Esos no son los mejores pues unos, carecen de estructura, de estrategia y a veces son postulados para que el partido cubra las exigencias de la autoridad electoral, para mantener el registro, para garantizar la derrota y así obtener posiciones con el triunfador y los otros, pues participan porque ingenuamente creen que pueden ganar sólo con buenos sentimientos y excelentes proyectos.
Pero en términos generales y desde la perspectiva de las mayorías, no hay de dónde elegir. Como que en este año el nivel de desconfianza social hacia la política y los políticos aumentó. En realidad hay una percepción generalizada de que los partidos ya no están a la altura de los nuevos tiempos y que no han sabido, no han podido o no han querido renovarse y ubicarse al nivel de las necesidades y las exigencias de México.
Si la gente poco obtuvo de los partidos políticos que se han anquilosado y se han rezagado, la gente poco espera de las campañas y de las ofertas o de las formas de convencimiento. Sabemos que nos van a atosigar con escandalosas y odiosas canciones deformadas, con miles de papelitos que pocos van a leer, que van a contribuir a la contaminación visual y del entorno, que van a usar el mismo lenguaje, la misma guerra sucia y los mismos regalitos para intentar ganar.
La verdad es que alguien va a ganar, eso es indudable, y así, candidatos y partidos habrán de decirnos que cumplieron, que lo lograron, que tienen asegurado un hueso por cuatro años y ocho meses y las prerrogativas, pero los ciudadanos seguiremos esperando el nivel de política y la calidad de los políticos que no vemos llegar pues en política no hay justicia.