Civilidad y solidaridad

Los índices delictivos que han incrementado en distintas formas en Tlaxcala, no solo ponen en riesgo a la ciudadanía, sino que los policías de los tres niveles resultan ser también ser actores principales y hasta víctimas colaterales.

El huachicoleo, el robo de autos, a casas y comercios, el asalto a transportistas y los asesinatos, son fenómenos que han ido a la alza y que han impactado a la sociedad como nunca antes, dado que ahora son más constantes y más violentos.

Todo un conjunto se condiciones negativas se suman para llegar a eso: desorden social, falta de oportunidades, políticas públicas insuficientes, querer las cosas fáciles, entre otras, han deformado a ciudadanos que no les importa más que el dinero y el poder a costa de los demás.

Los más recientes hechos delictivos también han dejado policías muertos, como el enfrentamiento entre huachicoleros y municipales de Zacatelco en Aztama, Teolocholco, caso que dejó al descubierto también fallas institucionales, como el hecho de que existen elementos policiacos que enfrentan al hampa pero sin contar con un arma de cargo porque no tienen licencia, ya no digamos equipamiento suficiente; de que se necesita capacitación constante y una política de seguridad más adecuada que incluya incentivos para los agentes del orden, pues como ya lo reconoció en su momento el Comisionado Estatal de Seguridad, cada vez se hace más complicado reclutar policías.

Pero en la medida que una policía se vuelva más profesional y deje atrás el estigma de la corrupción, los ciudadanos también debemos jugar nuestro papel con actos de mayor civilidad, en este caso, respeto al uniformado porque es quien encarna a la Ley, pues esa actitud da más honra a ambas partes.

Por eso, es de celebrarse el anuncio del Gobierno del Estado de proponer las reformas necesarias al Código Penal de Tlaxcala para endurecer las penas contra quien atente o mate a un policía, pero eso debe ir combinado con mejores condiciones en todos sentidos hacia ellos. Asimismo, los municipios deben tomar medidas en el mismo sentido, porque la seguridad es en sí uno de los derechos y responsabilidades de la mayor importancia para la sociedad.

Ciudadanos y policías deben ser aliados contra los verdaderos delincuentes, no enemigos si se quiere un entorno de mayor concordia y estabilidad. Desde esta trinchera, un pésame a la familia de Karina N., quien se desempeñaba como oficial de la Policía Municipal de Chiautempan quien recientemente perdió la vida, en su caso no en el cumplimiento de su deber, pero sí de la falta de responsabilidad de un ciudadano que la atropelló cuando ella se encontraba franca.

Relacionados

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top button
WP Twitter Auto Publish Powered By : XYZScripts.com