Bernardino Vazquez Mazatzi
Escritor y Periodista
Contrario a lo que ocurre a otros partidos y a lo que ocurría en otros tiempos al Partido Revolucionario Institucional, para las elecciones de este año el tricolor cuenta con muchos aspirantes o posibles candidatos en todos los distritos electorales. La caballada está gorda, dicen y lo presumen. Pero esa bondad puede revertirse si el PRI no sabe tomar las decisiones correctas o cede a las presiones y al pago de cuotas y en ese lance postula a los menos indicados. El riesgo de perder importantes posiciones electorales es grande y es real.
Al PRI le sobran personajes aunque no necesariamente buenos aspirantes. Algunos sólo buscan negociar cargos y espacios en la administración estatal y municipal y otros, se sienten con derecho por su historia o trayectoria. Eso no de impide que dentro de los posibles haya hombres y mujeres con experiencia, con proyectos viables, con propuestas concretas y serias, con juventud, imaginación y voluntad. El problema es que en ocasiones eso es lo que menos valoran quienes tienen a su cargo palomear a los elegidos.
El PRI, como otros partidos, se niega como por inercia al cambio generacional. A los jóvenes les escamotean las oportunidades y no les permiten demostrar sus capacidades, no los dejan aportar a la sociedad mexicana sus conocimientos. Por encima de ellos está la continuidad, las presiones de los sectores y los errores de cálculo. En esa indefinición el tricolor va a perder enormes posibilidades de triunfo y de contar en el futuro con auténticos líderes y excelentes gobernantes.
Porque otros partidos están esperando precisamente que el PRI rechace la postulación de algunos aspirantes que son de probada experiencia y sobrado liderazgo. Incluso se están acercando a ellos desde este momento y les han abierto las puertas para ser sus candidatos sin condiciones en caso de ser despreciados por su partido.
En Chiautempan eso está ocurriendo. Habida cuenta de que en otros partidos y frentes o alianzas no hay candidatos con posibilidades y una vez que han analizado el porcentaje de oportunidades que tienen en el PRI, y que en algunos casos son nulas, pero conociendo de la simpatía entre la sociedad y sus propuestas, se acercan para ofrecerles lo que en su partido les niegan y les dan la oportunidad de ganar. Dicho en otras palabras, el PRI puede perder con su propia gente y por culpa de una mala determinación.
Para el distrito NUEVE hay muchos candidatos y de ellos, sólo dos o tres tienen trayectoria, proyecto viable y propuesta concreta, identificación con la sociedad, elementos para fortalecer a su partido y arraigo. Hay juventud y experiencia, hay capacidad y voluntad, lo que no hay es seguridad de que obtengan el visto bueno por sus virtudes.
Así, encontramos a un Ángel Meneses Barbosa, un hombre con experiencia y arraigo pero sin posibilidades por la situación política favorable que ahora tiene, él como persona al ser miembro del PRI y su esposa como legisladora federal; un Roberto Lima sin posibilidades por querer imponer a su estirpe; un Dorian Cedeño que llegaría a candidato sólo por imposición lo cual es poco probable; una Matilde Sánchez a la que se le conoce como candidata perdedora y a un Eduardo Silvestre cuyo único pecado es no tener padrino que hable por él y lo recomiende y apuntale desde se tomas las decisiones.
Pero si de aparecer en la boleta se trata no pierden las esperanzas. Algunos de ellos valoran seriamente el chance de representar dignamente a otro partido y con enormes posibilidades de ganar y para ello, ya han sostenido prolongadas reuniones de café y a puerta cerrada. Partidos como el PAN, el PRD, el PVEM y otros chiquillos se han acercado principalmente y con mayor interés a aquellos que por su juventud y trayectoria son una garantía de triunfo. El PRI puede perder con su propia gente.
Y, por si fuera poco, las posibilidades de que pierda el PRI, al menos en Chiautempan, son enormes. Si a un candidato priista débil, o sin discurso ni propuesta, sin trayectoria ni arraigo, le sumamos la animadversión social hacia los gobiernos federal, estatal y municipal la derrota es casi segura. Esos mismo priistas han dicho en corto a sus ofertantes de candidatura que en este municipio su principal rival es el presidente municipal emanado del tricolor pero que trabaja en contra y sus resultados administrativos pésimos. La actual administración será el principal enemigo a vencer; eso dicen.
Por el lado de los líderes de los partidos de oposición al PRI, dicen que en Chiautempan tienen amarrada la candidatura con un aspirante que podría ser rechazado por el tricolor y que garantiza el triunfo por su identificación con el pueblo, por su proyecto y discurso. Dicen que será una fresca sorpresa aunque no dicen nombre.