La música la traigo en las venas desde niño, mis hijos la llevan de herencia y mis nietos por el gusto de ejecutar un instrumento musical
Por I. Carolina Campos
La música nos ha dado de comer, nos ha dado una casa y hasta un carro, pero además, no sólo a nosotros que en la familia la llevamos a todos lados, sino también a quienes se han acercado a ser parte de este proyecto que nos da vida.
En el marco del Día del Músico que se celebra el 22 de noviembre. Lauro, nombre ficticio de nuestro entrevistado quien se niega a hacer público su nombre real, de 70 años de edad y originario del municipio de Contla de Juan Cuamatzi, comparte con nuestros lectores de Ojo Águila su historia, una historia rodeada de instrumentos musicales, bafles, cables, escenarios, novias, riesgo, dolor y la satisfacción de arrancar alegría en la gente que escucha y baila al compás de las notas musicales.
Con emoción, recuerda esos años en que él era el atractivo de las muchachas, su porte de galán atraía al género femenino y en sus años de juventud no le faltaba novia, tenía mínimo tres, y eso porque algunos de sus compañeros “lo echaban de cabeza” con sus demás conquistas, algunas veces tenía más de tres al mismo tiempo.
“Que tiempos, muy bonitos. Yo aún recuerdo a una que otra chamaca que fue mi novia. A mí me gustaba mucho bailar, era el cantante del grupo y como tal, pues tenía yo que ir presentable. Además a las muchachas les gusta siempre el cantante de los grupos y yo, pues no era la excepción. Así como ve ahora, no era mal parecido y tenía novias, muchas novias. Todavía recuerdo a algunas que he llegado a encontrar, pero aquí entre nos; que no me escuche mi esposa porque me desgreña; si he llegado a saludar a una que otra con las que fui más que novio”, ríe feliz a carcajadas tras recordar sus ex amores.
“Desde muy niño, me nació el amor por la música, me aprendía canciones de esos tiempos y le cantaba a mi mamá, ella era quien me soportaba, pobrecita de mi jefecita, se enojaba por el escándalo que hacia yo con los botes y cucharas que eran mi instrumento, mi batería, tocaba y cantaba yo a todo pulmón, y a ella no le quedaba más que aguantarme. Crecí, trabaje y me compre mi batería y ahí practicaba canciones que también cantaba, pero quería tocar y cantar en un grupo, y lo logre. Muy chavito empecé con unos amigos que tenían un tío que tocaba y al que le hacía falta un baterista suplente, y yo fui, fui a ver que me dieran la chamba, y así es como empecé, el responsable del grupo me escuchó cantar y me quitó de baterista y me puso a pulir mi voz para cantante…”
“… Subí a los escenarios y a la cantada, y claro, también a las borracheras y a las novias, ah, porque eso sí, tenía yo muchas chamacas que me querían, no sé para qué, pero me querían. En cada descanso yo iba a bailar, desde el escenario mientras cantaba iba observando que muchacha me gustaba y me proponía hacerla mi novia y en cada baile salía con novia, por eso se me acumulaban. Yo no tengo la culpa de que cayera una por tocada, eso claro que no le gustaba a mis compañeros, y como a algunas ellos las conocían empezaron a echarme de cabeza y ellas me mandaban muy, pero muy lejos…”
“…Tengo dos hijos uno con diferente mamá, aparte de los hijos de mi casa, a uno si lo veo al otro no, pero no porque no quiera, sino porque su mamá se puso sus moños y pues me lo negó, ni modo, algunos amigos del gremio me comentan que se parece a mí, yo creo que sí, será porque es mi hijo”, continua feliz recordando su pasado.
Nuestro entrevistado menciona estar orgulloso de ser músico y de que sus hijos y nietos les guste este modo de ganarse el pan a través de la música. En el día del filarmónico, dice revivir los momentos alegres y ser feliz nuevamente. Refiere que si de recordar se trata, siempre contara su historia dentro de lo bueno que recuerda, y no lo malo de los riesgos que representa ser músico.
Entristece un poco y cabizbajo comenta que su permanencia en esa silla de ruedas es porque hace unos años asaltaron a su grupo cuando se dirigían a cumplir un contrato al estado de Puebla, y donde uno de sus compañeros perdió la vida y él las piernas.