Bernardino Vazquez Mazatzi
Escritor y Periodista
En estos tiempos es muy difícil mentirle a la sociedad; sea que el intento venga del poder o desde la gente, la realidad y la verdad siempre se imponen y acaban por colocar a cada cual en el lugar que le corresponde dentro de la opinión pública.
Recientemente en el municipio de Chiautempan hemos sido testigos de una grave acusación de corrupción por parte de las autoridades de vialidad lo que podría no ser extraño ni poco frecuente, habida cuenta de que esa práctica es más común desde el poder aunque este fenómeno sea siempre de ida y vuelta y tenga dos responsables de forma invariable.
La empresa TAXI TLAX, que se ostenta sin serlo como servicio de primera clase en cuanto al transporte público de pasajeros se refiere, acusó a la subdirección de vialidad de sobornarla con 18 mil pesos a cambio de dejarlos trabajar sobre el territorio de Chiautempan. Algo así como cobro de piso o para decirlo de otra forma, un intento de emular a las acciones criminales de la delincuencia organizada.
Dicho y visto así, los permisionarios de esa línea del transporte, algunos incluso familiares de políticos del municipio y otros ligados con el PRI, parecen inocentes víctimas de una autoridad corrupta e intolerante. En una sociedad predispuesta a rechazar todo lo establecido y a dudar por inercia de los funcionarios el golpe mediático surtió cierto nivel de efectividad y llegó el momento en que algunas personas sí se creyeron esta versión y tomaron partido a favor de los transportistas.
Pero ya con la información suficiente o al menos con el conocimiento de la otra versión, las cosas ya no son tan contundentes para los permisionarios y queda claro entonces quién miente o quien buscó sorprender a la opinión pública. Hay documentos y videos en los que la Apoderada Legal de TAXI TLAX y presidenta del consejo de administración de la misma empresa, Ma. de los Ángeles Medina García, reconoce haber corrompido a las autoridades de anteriores administraciones con las que dice haber llegado a ciertos acuerdos ilegales para operar con determinadas ventajas dentro de la ciudad de Chiautempan.
Lo que no dice es que durante mucho tiempo ha trabajado en el municipio sin contar con los paraderos necesarios ni autorizados en los cuales hacer ascenso y descenso de pasaje y que esta obligación la ha salvado mediante acuerdos económicos que en esta administración no le fueron aceptados con el fin de poner orden en el transporte público. Tampoco dice la TAXI TLAX que las constantes infracciones de la dirección de vialidad de Chiautempan no se deben al cobro de piso ni a corrupción alguna, sino a que suben y bajan pasaje donde les da la gana y a media calle poniendo en riesgo al usuario.
Esta empresa, que hace su recorrido de Chiautempan a Tlaxcala, se dice servicio de primera, pero es bien sabido que circulan a exceso de velocidad siempre en lucha por el pasaje con la otra línea de supuesto servicio exclusivo: elite, que los conductores siempre viajan acompañados de un amigo con quien sostienen diálogos vulgares y ofensivos, que las unidades no son de reciente modelo como lo exige la SCTE, que viajan con sebrecupo, que cargan combustible con pasaje a bordo, que han sido protagonistas de continuos accidentes y que su escándalo musical impide hasta una charla en el interior de las unidades.
Todas estas irregularidades al interior y al exterior de las unidades han hecho que el usuario se predisponga en contra de la empresa y eso fue lo que impidió que la gente tomara partido a su favor al momento de recibir la queja de corrupción por parte de la autoridad municipal.
Y no es que en su momento no se le pueda comprobar alguna irregularidad financiera a esta administración municipal; eso hay que dejarlo al tiempo, pero al menos en este caso, sí se comprueba corrupción, pero por parte de TAXI TLAX que se ha mantenido operando pagando con dinero sus irregularidades. De tener la razón, el juzgado segundo de distrito del estado de Tlaxcala no hubiera desechado sus demandas y no hubiera declarado a favor del municipio de Chiautempan lo relacionado con los juicios de amparo con los números 778/2017-H y 836/2017-F que presentó la empresa.
No se trata de defender a alguien o de atacar a otros, sino de conocer la realidad en cuanto a que si hay corrupción, esta no siempre es promovida, fomentada y aceptada desde la autoridad, sino que la sociedad o algunos particulares, en beneficio de sus propios intereses, también la promueven.
Por otro lado, la autoridad municipal se ha tardado en dar a conocer esta situación y ha permitido que la sociedad tome partido o se haya creado una imagen negativa de los funcionarios. El silencio otorga. Lo cierto es que hay que conocer para opinar e informar para orientar.