Copelas o cuello

La voz de la censura

La Pluma más Rápida/Columna

Vivimos un gran retroceso cuando el derecho a la libertad de expresión se viola, afortunadamente en Tlaxcala no alcanzamos los niveles como suceden en otros estados del país, pero hay que decirlo, son los funcionarios públicos quienes cometen las mayores agresiones contra los periodistas en el Estado.

Como una prensa libre e independiente esta pluma aborda el ejemplo más claro de una dirección carente de ética y por ende de moral, nos referimos a la vocera del Congreso del Estado, Cynthia Fernández Bautista, quien ha desvirtuado la labor periodística tlaxcalteca al convertir a algunos medios de comunicación en marionetas, que  actúan bajo el guion que más le favorece.

Bien es sabido que la equidad de género está en la agenda principal de la política interna de México, que aunque tiene avances aun no son suficientes. En Tlaxcala se ha logrado escaños importantes con labores muy dignas en todos los ámbitos, pero por el trabajo poco profesional de algunas mujeres parece que se repiten patrones misóginos.

A juzgar por la labor de la vocera queda claro el retroceso al terreno ganado en la inclusión, denigrando la labor de periodistas y ejerciendo violencia psicológica, utilizando su poder político para mantenerse en pie.

Alguien debería informarle que las prácticas de censura y autoritarismo, son los vicios de la política que se están resarciendo con el dinamismo y la apertura de los medios de comunicación, y la creación de las instituciones que procuran la transparencia, así que sus prácticas arcaicas de autoritarismo resultan una aberración.

La vocera es la imagen institucional del Congreso y su actuar para las exigencias de la actualidad deja mucho que desear, al buscar entrevistas a modo para favorecer claramente a un grupo político.

Enviar comunicados del Poder Legislativo como asuntos partidistas como la renovación de la dirigencia del PRI o invitaciones a conferencias de prensa de esa bandera política, claramente es desvío de recursos cuando se aprovecha el cargo que representa.

Señores diputados la voz e imagen del Congreso es el medio entre la legislatura y el pueblo, pero no hay peor ciego que el que no quiere  ver, pues ante la ausencia de sensibilidad para no ver lo obvio, su labor transita en la delgada línea entre una legislación digna, o bien, una legislación manchada ante la censura y el autoritarismo.

Ante todo esto surgen unas preguntas, ¿quién es el brazo político del cual se sostiene?, ¿es ella quien en verdad ejerce la censura?, o bien, ¿es una víctima más del titiritero? Hasta la próxima.

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