Bernardino Vazquez Mazatzi
Escritor y Periodista
En este mundo todo tiene una razón de ser o al menos, la mayoría de las cosas que ocurren o dejan de ocurrir. El que los acontecimientos nos tomen desprevenidos tiene que ver más con la ignorancia y la desidia que con la suerte, con el destino, la fatalidad, la hechicería o la numerología.
Así, el que en los municipios haya ausencia de obra pública, el que no haya apoyos extraordinarios para grupos, organizaciones o personas o que no se anuncien ni realicen acciones de relumbrón y ni siquiera las más evidentes o elementales, tiene una explicación y es política, tiene que ver con lo electoral y con el clientelismo de los partidos; todo se ha dejado para mejores tiempos y estos señalan al relevo presidencial en 2018.
Desde el nivel más alto ha llegado la instrucción de aguantar vara todo este 2017 y soportar los ataques de las oposiciones pues lo que priva entre la sociedad es el desencanto por la falta de resultados en los municipios y comunidades. A algunos alcaldes, los que tienen poco oficio político o de plano son inexpertos, las cosas se les están saliendo de las manos y es muy difícil que puedan soportar las presiones derivadas de la falta de obra. Ya hay inconformidades.
Y es que se pretende que llegado el momento empiecen a fluir a raudales los recursos y hasta obren milagros en problemas añejos que simplemente no tenían respuestas. Se busca arrancar dudas a la gente respecto a las bondades del poder y del partido y no sólo habrá respuestas sino más promesas; se buscará que con recursos se impida a elector mirar hacia otro lado; simplemente se tratará de mantener el control de las mayorías con más limosnas o con más programas asistencialistas…
Porque quiérase o no, el riesgo de que el PRI deje el poder presidencial el próximo año es real. Hay claros signos de un hartazgo social a todo lo que representa ese partido tricolor y hay evidencias de que el electorado pretende cobrarse en las urnas reales o supuestos agravios. Incluso se tiene como cierto que la sociedad va a quitarle su sufragio al instituto político en el poder sólo por desquite y darle una oportunidad a MORENA o lo que es lo mismo, a Andrés Manuel López Obrador sin que estos necesariamente representen lo que dicen que son o lo que van a hacer.
Acudir por apoyos a las dependencias estatales, en estos momentos, es una pérdida de tiempo, es un esfuerzo vano, un intento equivocado: no hay. En las presidencias municipales, además del mal trato, incompetencia e ineptitud de los directores, se va a encontrar uno con la misma respuesta: no hay apoyos. Y hasta puede haber profesionalismo y buena voluntad del servidor público por atender las demandas de la sociedad, pero es que su gestión ante las instancias estatales y federales se van a topar con la misma respuesta: no hay apoyos.
Así es que para lo que resta del año no habrá recursos ni de los gobiernos estatales, ni de los presidentes municipales, ni de los legisladores locales ni federales; tal vez después del informe presidencial se abran las llaves de los presupuestos, y allá por principios del 2018 inicie una serie de anuncios populistas y demagógicos con la chequera pronta y dispuesta pero mientras, a esperar.
En tanto vamos a ser testigos de anuncios espectaculares como la captura de gobernadores bandidos que robaron pero que se mocharon para las campañas de otros similares, vamos a escuchar el discurso de logros espectaculares aunque en la realidad sean hundimientos trágicos de carreteras, vamos a ser testigos de avances sin precedente y de inversiones nunca antes vistas pero que no traen ni riqueza ni erradicación de la pobreza en México.
No hay dinero ahora; lo va a haber pues el poder se compra al precio que sea, se mantiene por encima de quien sea y se tiene incluso por la fuerza y a cambio de la vida de alguien, o de algunos. No sólo se va a defender una ideología política sino el futuro de la clase política y de los clanes favorecidos por el sistema arcaico y peligrosamente debilitado.
Y esto es así porque el pueblo tiene memoria de muy corta duración y porque la mayoría de los mexicanos se encuentran cómodamente descansando en su círculo de confort y no se da cuenta de que el poder está en el pueblo.