Rommel PICHARDO
La mañana de este jueves, en el municipio de San Pablo del Monte un terreno ubicado en la calle Xicohténcatl del barrio de San Nicolás, a escasos metros del plantel del Colegio de Bachilleres del Estado de Tlaxcala, aparecieron tres cuerpos sin vida.
Los cadáveres presentaban signos evidentes de violencia, y uno de ellos fue encontrado decapitado.
La Fiscalía General de Justicia del Estado de Tlaxcala (FGJE) ha asumido la responsabilidad de las investigaciones correspondientes. Sin embargo, el hallazgo de estos tres cuerpos solo viene a sumar al macabro registro de asesinatos que ha ensombrecido el mes de agosto.
Con el descubrimiento de otro cadáver en el municipio de Tenancingo el día de ayer, el conteo de hechos dolosos en el estado ha llegado a 14 en lo que va del mes, una cifra que despierta alarma y exige respuestas urgentes.
El Instituto de Ciencias Forenses, a través del Servicio Médico Forense (Semefo), se hizo presente en el lugar para ejecutar el levantamiento de los restos mortales de tres hombres de edad mediana y que traían consigo poca ropa, y proceder con la necropsia de ley. La FGJE ya ha integrado la Carpeta de Investigación correspondiente, buscando esclarecer los detalles de estos homicidios y dar con los responsables.
A pesar de los esfuerzos de las autoridades, Tlaxcala se ha convertido en un “tiradero de cuerpos”, una frase que resuena con inquietante frecuencia en la voz de los habitantes de la región. Y lo más preocupante es que, hasta ahora, no se ha puesto a disposición de la justicia a ninguna persona relacionada con estos brutales crímenes. Los asesinos siguen libres, y la impunidad sigue siendo la sombra que se cierne sobre cada esquina del estado
