La tan ansiada armonía que muchos desean al interior de un Cabildo para que las cosas marchen mejor en favor de los ciudadanos, parece desinflarse en el municipio de Chiautempan luego de los más recientes acontecimientos motivados por el caso del desconocimiento de los 34 sindicalizados y la posterior solicitud de destitución de varios funcionarios, entre ellos el Secretario del Ayuntamiento, Nicolás Gutiérrez.
La relación dio tumbos porque un grupo de regidores – recordemos que los presidentes de comunidad no tienen voto – quisieron votar en la sesión del pasado 25 de mayo asuntos que no estaban contemplados en el orden del día, mientras que el alcalde Héctor Domínguez no aceptó la imposición de quitar a hombres de su confianza y decidió dar terminada la reunión de trabajo.
Cierto es que las partes confrontadas tienen sendas razones válidas en sus posturas, pero sin duda todo gira alrededor de un interés económico: los regidores desean ser consentidos, la sindicatura quiere potenciar su representación legal y el acalde mantener el control…y el poder.
Nos enteramos que “alguien” fuera de la administración buscar interferir para lograr un cometido político y dejar piedras en el camino; que la síndica habría “tirado la toalla” en el litigio contra los sindicalizados heredados; y que del lado del munícipe seguirá firme en su determinación par ano quedar mal.
Las cosas podrían agravarse luego de que el Ayuntamiento de Chiautempan fue uno de los que no entregó en tiempo y forma la información de su cuenta pública trimestral al Órgano de Fiscalización Superior (OFS), pues eso le traerá una inevitable multa económica y más motivos para los miembros del Cabildo cuestionen la capacidad de los miembros de la administración pública, sobre todo lo que tiene que ver con el dinero y el tema jurídico.
