Bernardino Vazquez Mazatzi
Escritor y Periodista
En el asunto del plantón que estudiantes mantienen frente al palacio de gobierno de Tlaxcala, la sociedad tal vez no tenga claro quién posee la razón, si la autoridad o los inconformes pero lo que sí entiende la mayoría de los tlaxcaltecas es que hay vacío de información por ambas partes y que no existe capacidad de dialogo, de negociación, de acuerdos ni hay la voluntad, principalmente del lado del gobierno, por concluir con un problema que ya se hizo viejo y que ya marcó a la presente administración gubernamental al empezar con una muestra de descontento o manifestación de inconformidad.
Ese vacío de información respecto a las causas del movimiento estudiantil abre paso a la especulación y a la confusión. El que la sociedad desconozca cuál de las partes es intransigente o de plano persiga intereses ajenos a la educación o que pretenda obtener ganancias deshonestas, deja en la libertad para creer una verdad distorsionada o dictada a conveniencia o una media mentira.
El gobierno del estado puede tener la razón pero vende su verdad a un precio político muy alto y como no cuenta con el canal adecuado o los métodos para informar a la sociedad respecto a las causas del movimiento y la oferta o respuesta o propuesta de solución, entonces la gente toma del rumor la parte que le conviene o que recibe primero. La falta de solución al conflicto independientemente de quien tenga la razón afecta mucho al poder y el movimiento ha tenido la suficiente inteligencia para acorralarlo y hacerlo quedar como el culpable de la situación.
Si los estudiantes tienen la razón, lo que es más aceptable aunque no razonable, pues la gente quiere creer que son ellos las víctimas por ser estudiantes y por ser jóvenes, entonces tampoco hay información suficiente y clara que venga a explicar ya sea por su parte o por parte del gobierno por qué el plantón se mantiene y cómo es que hasta el momento no ha habido opciones y alternativas que vengan a impedir la mala imagen de la capital del estado y eviten una mala percepción de esta administración.
Sin duda que si se habla de ganadores o perdedores en este innecesario conflicto, el más afectado es el actual gobernador y su gabinete del sector educativo y de gobernación pues evidencian falta de capacidad para llegar a acuerdos y demuestran que carecen de autoridad moral y de opciones para ofrecer a los inconformes una salida que, si bien no venga a solucionar o cumplir al cien por ciento sus exigencias, sí venga a paliar la problemática y a enviar señales de voluntad por una gobernanza justa, a tiempo, democrática y transparente.
Si los muchachos en plantón son los intransigentes, si los estudiantes están desorientados o hasta son manipulados por líderes ajenos a los intereses educativos, entonces el gobierno debe exhibir a quienes se aprovechan de las necesidades o la inocencia de los estudiantes y tiene que crear las condiciones pacíficas para el retiro de ese movimiento que de alguna forma, es el último recurso de la inconformidad y el medio por el cual se evita la violencia y se exhibe la inteligencia.
De no ser así, la sociedad recibe la señal de que es el gobierno el incapaz para encontrar y ofrecer soluciones que convengan a las partes y que la falta de acción y sensibilidad gubernamental es la razón por la que los muchachos se mantienen en plantón.
De cualquier forma, el segundo damnificado en este asunto en la sociedad de Tlaxcala que ofrece al visitante la idea de que en este estado no hay capacidad de dialogo ni un nivel mínimamente aceptable para ponernos de acuerdo