Bernardino Vazquez Mazatzi
Escritor y Periodista
En el Movimiento de Regeneración Nacional se jactan de tener aspirantes a una candidatura de sobra. Presumen la gran cantidad de personajes que sueñan con ser, ante la aceptación político electoral a MORENA, las próximas autoridades en los ayuntamientos, en el congreso estatal y en cualquier otro cargo de elección popular.
De esa manera, creen en MORENA, se envía un mensaje a la sociedad de que hay apertura, de que ahí se le da oportunidad a todos, que sobran militantes que quieren y merecen una candidatura primero y luego, el triunfo en las urnas. Esto parece bueno, aunque en realidad es una táctica que puede revertirse al mismo partido.
Si usted le pregunta a cualquiera de los muchos, muchísimos aspirantes en MORENA respecto a qué lo ha llevado a inscribirse, generalmente responde que es el bueno, el seguro, el bendecido, el enviado, el impuesto por quien o quienes deciden y aprueban.
Es así como hay quienes, presumen ser los recomendados por el mismo presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, otro tanto, o más, asegura llegar enviado por la gobernadora Lorena Cuellar Cisneros, una gran cantidad, jura que son los preferidos del dirigente nacional y otros tantos presumen de ser la sorpresa de la dirigencia estatal y del enviado nacional de MORENA. Ninguno de ellos tiene la menor duda de ser el elegido, todos dicen que la tienen segura.
Y aunque usted no lo dude, ellos creen en las encuestas y hasta juran que habrá resultado de las mismas a las que le tendrán obediencia. Combinan esa certeza con el temor de un cierto y seguro madruguete o lo que es lo mismo, el dedazo. Los amenaza una imposición y la ven cercana, posible, ineludible. Los aspirantes morenistas ya lo tienen como ejemplo palpable en algunos municipios en donde no gobierna un morenista, sino un capricho ajeno.
Son muchos, exageradamente muchos los aspirantes a una candidatura digamos, para alcalde. Es escandalosa la cifra de nombres, muchos de ellos, unos completamente desconocidos, otros, de plano chapulines, los más, ambiciosos que ya han estado y no han dado resultados y la enorme mayoría sin posibilidades de ser candidato, pero con ganas de negociar.
También saben que en MORENA no van a elegir al mejor hombre o mujer. Están seguros de que no cuenta la militancia, la lealtad, el ser fundador, la trayectoria y experiencia, el conocimiento de los problemas en el municipio ni la talacha partidista; hay recomendados, hay arribistas, compromisos y compadrazgos que están por encima de la justicia partidista. En algunos casos se va a privilegiar a extraños, ajenos, de afuera.
Si pocos, es malo, muchos, es peor. Son tantos para una sola candidatura o lo que es lo mismo, para una sola silla. Habrá inconformidades en MORENA y eso significa desbandada, rechazo al ungido, desconfianza en el abanderado. Y se van a ir a buscar otros aires en donde tampoco son importantes pero el golpe mediático sí habrá de surtir efecto. Esto le va a restar posibilidades de triunfos al partido en el poder y de esa forma asegura derrotas.
Todo esto es independiente de la política acertada o equivocada de los mandos morenistas en Tlaxcala y es ajeno a los excelentes o pésimos resultados en la administración estatal o en los municipios porque, no hay que negarlo, no hay aceptación generalizada de la sociedad en el gobierno de Lorena Cuéllar y en algunos municipios, la autoridad de color guinda es una tragedia. Si se ha cumplido o no con la filosofía de la 4T de no robar, no mentir y no traicionar al pueblo es otro asunto, pero MORENA no las trae todas consigo.
Para algunos analistas, sin duda, esta elección es la prueba de fuego y la definitiva para MORENA en Tlaxcala y el resultado de la votación tanto federal como local, va a dar o ser la respuesta a la aceptación que llevó a la actual mandataria a ser la más votada de la historia. Así es como se va a saber si se mantiene la aceptación a ese partido y así se sabrá el nivel de aceptación o rechazo a su gobierno. MORENA está obligado a superar cifras y triunfos.
Por lo que respecta al PAN, al PRI y al PRD habremos de decir que al primero le puede ir más o menos, dependiendo de sus abanderados. El tricolor podría recuperar poco si abandona su arrogancia y su discurso infumable y el Sol Azteca se perfila como el que puede sacar mucho provecho del río revuelto, aunque vaya solo.
Y en los municipios hay enormes posibilidades para otros partidos, sobre todo, en donde esos mismos postulen a hombres o mujeres limpios y con proyecto. De cualquier forma, esto no es más que la fotografía del momento, la de hoy.