Transportistas: el enemigo en casa

Es sin duda lamentable lo que viene sucediendo con el transporte público de pasajeros y peor aún para los trabajadores del volante. Los robos, las agresiones y sobre todo las víctimas mortales de los asaltos de que ha sido víctima el gremio son inaceptables.

El asesinato el fin de semana pasado de un taxista con base en Soriana Mercado de Tlaxcala y cuyo cuerpo fue encontrado en un paraje de Totolac, así como la detención de un Policía de Investigación adscrito a la PGJE que intentó atracar a otro ruletero en Apizaco, ponen las cosas en perspectiva.

Previo a esos dos sucesos acontecidos del sábado por la noche a la madrugada del domingo pasado, un permisionario confió a esta Pluma que el robo de camionetas colectivas de reciente modelo, tiene que ver con un nuevo tipo de ilícito: apoderarse del vehículo, alterar la serie de fábrica – o lo que se conoce como remarcar – y venderla en estados del sur y sureste  del País en un precio más accesible.

La fuente dijo tener sospechas bien fundadas de que agentes de la Procuraduría General de Justicia del Estado solaparían y hasta protegerían a los maleantes que cometen esos delitos porque estarían involucrados hasta un alto grado.

Y se confirmó casi de facto precisamente con el Policía de Investigación detenido en Apizaco. Más aun cuando compañeros del mal servidor público – hoy separado de su cargo y bajo indagación – acudieron en su “apoyo” y primero ofrecieron dinero al agraviado para que no denunciara, pero al no aceptar, pasaron a las amenazas. Suponemos que el Procurador Tito Cervantes Zepeda lo sabe y está obligado a actuar en consecuencia, pues los del riesgo ahora somos el resto de los tlaxcaltecas.

Todavía más.  Según el permisionario que confió sus datos a la Pluma más Rápida, el taller o bodega donde la banda de robo a transportistas hace el remarcaje de las unidades, supuestamente se encuentra en algún lugar del municipio de Contla, lugar donde por cierto habitantes han reclamado al alcalde Miguel Muñoz mayor seguridad pública. Eso coincide con que un significativo número de asaltos a transportistas han sido de la ruta Tlaxcala – San Miguel.

Ante ello, es necesario que sociedad en general y autoridades cierren filas para evitar que los índices delictivos crezcan, más cuando hay indicios de que dentro de las instituciones, por lo menos en la de procuración de justicia, no todos los elementos son de fiar… hasta la próxima.

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