100 días

100 días

Ese periodo de tiempo en una administración pública es algo meramente simbólico. Quien crea que en ese lapso va a haber cambios significativos, se quedará esperando. Lo que sí se puede observar, son la forma, la actitud, los modos, la disposición, junto con otra virtudes y vicios con que se va a gobernar hasta el final del camino.

En el caso de los municipios el camino es largo: cuatro años y ocho meses en que estarán bajo la lupa de sus gobernados. Los 100 días entonces, son pocos para evaluar a una administración y pueden servir para ocultar deficiencias.

Sin embargo, en Tlaxcala los municipios avanzan a la misma velocidad que lo hace el Gobierno del Estado, es decir, lentamente. Todavía no logran acomodarse al 100 por ciento y lo que prevalece todavía son las buenas intenciones y los acomodos para poder despegar por fin. La falta de recursos económicos a la mano también ha sido una limitante, las arcas municipales todavía no permiten una libertad de acción a las autoridades y parecer que será hasta después de la primera quincena de abril que apenas lo podrán lograr.

Eso sí, durante esos 100 días las manifestaciones sociales sí se han dejado sentir. Particularmente en Chiautempan donde la agitación ha sido prácticamente desde el principio. Primeros fue el reclamo de pago por parte de los burócratas de la comuna, luego la movilización de los sindicalizados del “7 de Mayo” por el despido de sus compañeros, después los habitantes de la Unidad Santa Cruz que demandan el respaldo de la Sindicatura para la defensa de su reserva ecológica, ahora los mercaderes de temporada… y los que siguen.

En un municipio cuasi tradicionalmente agitado socialmente, como dice el dicho: “para chismes y campanas,  Santa Ana”, no será sorpresa que continúen surgiendo manifestaciones por inconformidades diversas, pero para eso deben estar preparados quienes se alquilaron como gobernantes, secretarios, regidores y directores, para hacer frente a los problemas de una demarcación sumamente compleja y que requiere de respuestas.}

Todavía en los Ayuntamientos los alcaldes mantienen su bono democrático, algunos más o menos que otros, unos mejor o peormente gestionado, pero en breve tendrán que salir de su sitio de confort. De destacar, que Héctor Domínguez ya acudió a la Secretaría de Hacienda para conocer de primera mano los problemas fiscales que arrastra la comuna y la manera de resolverlos. Esperemos un informe.

Hasta la próxima.

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